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Greenpeace bloquea el acceso a la refinería de Shell en Róterdam

Greenpeace bloquea el acceso a la refinería de Shell en Róterdam

Esta acción en Róterdam coincide con la jornada en la que más de una veintena de organizaciones lanzó una petición de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) para pedir una nueva ley comunitaria que prohíba la publicidad y el patrocinio de combustibles fósiles en toda la región europea.

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Greenpeace
Activistas de Greenpeace en la refinería Shell en Róterdam. Efe/Jeffrey Groeneweg

La Haya.- Al menos ochenta activistas de la organización Greenpeace han bloqueado este lunes el acceso a la refinería de la petrolera Shell en el Puerto de Róterdam, el embarcadero más grande de Europa, con una barrera de anuncios usados por empresas de combustibles fósiles.

Esta acción en Róterdam coincide con la jornada en la que más de una veintena de organizaciones lanzó una petición de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) para pedir una nueva ley comunitaria que prohíba la publicidad y el patrocinio de combustibles fósiles en toda la región europea.

Los activistas, procedentes de Francia, Bélgica, Dinamarca, Alemania, España, Grecia, Croacia, Polonia, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría y Países Bajos, han utilizado anuncios de combustibles fósiles para bloquear la refinería, y nueve voluntarios han escalado un tanque de 15 metros y han enganchado anuncios recopilados en Europa junto al logotipo de Shell.

A bordo de kayaks y barcos hinchables, los activistas han izado carteles y pancartas instando a los ciudadanos a sumarse a la “Revolución Libre de Fósiles” y exigir a las autoridades “prohibir" sus anuncios.

Según Silvia Pastorelli, activista y organizadora principal de la petición, el objetivo de la acción es “levantar el velo sobre la industria de los combustibles fósiles y confrontarlos con su propia propaganda”. La activista denunció que la publicidad usada por las empresas de combustibles fósiles se usa para “limpiar su imagen, engañar a los ciudadanos y retrasar la acción climática”.

La iniciativa ciudadana, que necesita al menos un millón de firmas verificadas en un año para obligar legalmente a la Comisión Europea a responder y considerar la implementación de las demandas de una legislación europea, busca “dar forma a la ley y quitarles el micrófono a algunas de las empresas más contaminantes del mundo”.

“Crecí leyendo letreros sobre cómo los cigarrillos te matan, pero nunca vi advertencias similares en estaciones de servicio o tanques de combustible. Es aterrador que mis deportes y museos favoritos estén patrocinados por aerolíneas y empresas de coches”, denunció una de las activistas a bordo del barco de Greenpeace, Chaja Merk.

Para la directora de la campaña climática de esta organización en los Países Bajos, Faiza Oulahsen, Shell “promueve publicidad engañosa para convencernos de que está liderando la revolución energética”, pero “esta peligrosa propaganda ha permitido que las empresas más contaminantes se mantengan a flote, y ahora es el momento de quitarles este chaleco salvavidas”.

Según Greenpeace, la multinacional anglo-neerlandesa “lleva a cabo una de las campañas más engañosas, con un 81% de publicidad y promociones ecológicas en comparación con su inversión del 80% en petróleo y gas en los próximos años”.

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