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El cambio climático avanza, impactando montañas y océanos

El cambio climático avanza, impactando montañas y océanos

El período comprendido entre 2015 y 2022 fueron los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, el deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar —que volvió a alcanzar niveles récord en 2022— proseguirán durante miles de años.

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Los Glaciares National Park, Argentina
Los Glaciares National Park, Argentina. Noaa

Ginebra (OMM).- Desde las cumbres de las montañas hasta las profundidades de los océanos, el cambio climático siguió avanzando en 2022, según el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Las sequías, las inundaciones y las olas de calor afectaron a comunidades de todos los continentes y ocasionaron pérdidas por valor de muchos miles de millones de dólares. La extensión del hielo marino de la Antártida retrocedió a mínimos históricos y el deshielo de algunos glaciares europeos alcanzó niveles sin precedentes.

En el informe Estado del clima mundial en 2022 se ponen de manifiesto los cambios a escala planetaria observados en las zonas continentales, los océanos y la atmósfera provocados por unos niveles récord de gases de efecto invernadero que retienen el calor.

En cuanto a la temperatura global, el período comprendido entre 2015 y 2022 fueron los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar del efecto de enfriamiento producido por un episodio de La Niña durante los tres últimos años. El deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar —que volvió a alcanzar niveles récord en 2022— proseguirán durante miles de años.

Las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando, mientras que las poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Por ejemplo, en 2022, la sequía persistente en África Oriental, las lluvias sin precedentes que azotaron el Pakistán y las olas de calor que batieron récords en China y Europa afectaron a decenas de millones de personas, provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron migraciones masivas y ocasionaron pérdidas y daños por valor de miles de millones de dólares”, afirmó el Secretario General de la OMM, el profesor Petteri Taalas.

“No obstante, la colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas ha demostrado ser sumamente eficaz a la hora de hacer frente a las consecuencias humanitarias de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, especialmente en lo que se refiere a la reducción de la mortalidad y las pérdidas económicas que conllevan. El objetivo de la iniciativa de las Naciones Unidas Alertas Tempranas para Todos es subsanar las deficiencias actuales en materia de capacidad para garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por servicios de alerta temprana. En la actualidad, alrededor de un centenar de países carece de servicios meteorológicos adecuados. Para completar esta ambiciosa tarea es necesario mejorar las redes de observación e invertir en capacidades de los servicios hidrológicos, climáticos y de alerta temprana”, declaró.

El nuevo informe de la OMM va acompañado de múltiples gráficos que facilitan a los responsables de la formulación de políticas información sobre la evolución de los indicadores del cambio climático, y que muestran también cómo la mejora de las tecnologías permite que la transición a las energías renovables sea más económica y accesible que nunca.

Además de los indicadores climáticos, en el informe se presta especial atención a los impactos. La creciente subalimentación se ha visto agravada por los efectos combinados de los peligros hidrometeorológicos y la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), así como por la violencia y los conflictos prolongados.

Según se desprende del informe, a lo largo del año los fenómenos climáticos y meteorológicos peligrosos provocaron nuevos desplazamientos de población y empeoraron las condiciones de gran parte de los 95 millones de personas que ya vivían desplazadas a principios de año.

En el informe también se hace hincapié en los ecosistemas y el medio ambiente, y se describe el modo en que el cambio climático está afectando a fenómenos recurrentes en la naturaleza, como el tiempo de floración de los árboles o la migración de las aves.

El informe de la OMM sobre el estado del clima mundial se publicó antes del Día de la Tierra de 2023. Sus principales conclusiones reflejan el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, con ocasión del Día de la Tierra.

“Tenemos los instrumentos, los conocimientos y las soluciones necesarios. Pero debemos actuar con mayor premura. Necesitamos acelerar la acción climática con reducciones más fuertes y rápidas de las emisiones a fin de limitar a 1.5 °C el aumento de la temperatura mundial. También debemos aumentar radicalmente las inversiones en adaptación y resiliencia, en particular para los países y las comunidades más vulnerables, que son los que menos han contribuido a la crisis”, dijo el Sr. Guterres.

El informe de la OMM sigue a la publicación del informe sobre el estado del clima en Europa elaborado por el servicio de Copernicus relativo al cambio climático de la Unión Europea. Complementa el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que incluye datos hasta 2020.

El informe contiene contribuciones de decenas de expertos, entre otros, Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) y centros mundiales de datos y análisis, así como Centros Regionales sobre el Clima, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC), la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG), la Vigilancia de la Criosfera Global (VCG) y el servicio de Copernicus relativo al cambio climático, gestionado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF).

Entre los asociados de las Naciones Unidas figuran la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

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