Un equipo de científicos dirigido por la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS por sus siglas en inglés) y la Universidad Estatal de los Apalaches utilizó ADN ambiental (eADN) para documentar la amplitud de la biodiversidad alpina presente en la montaña más alta de la Tierra, el Monte Everest, de 8 mil 849 metros.
Este trabajo forma parte de la innovadora Expedición Everest 2019 de National Geographic y Rolex Perpetual Planet, la expedición científica individual más completa de la historia a la montaña.
Describiendo sus hallazgos en la revista iScience, el equipo recolectó eADN de muestras de agua durante un período de cuatro semanas en diez estanques y arroyos entre los 4 mil 500 metros y los 5 mil 500 metros.
Los sitios incluían áreas de la zona alpina que existen por encima de la línea de árboles y contienen una serie de plantas con flores y especies de arbustos, junto con la zona eólica que llega más allá del rango de las plantas con flores y arbustos en los tramos más altos de la biosfera.
A partir de sólo 20 litros de agua, identificaron organismos pertenecientes a 187 órdenes taxonómicos, lo que corresponde al 16.3%, o una sexta parte, del total de órdenes conocidos en el árbol de la vida, un árbol genealógico de la biodiversidad de la Tierra.
El eADN busca trazas de material genético que dejan los organismos y la fauna silvestre y ofrece un enfoque más accesible, rápido y completo para aumentar la capacidad de estudio para evaluar la biodiversidad en los entornos acuáticos.
Las muestras se recogen mediante un cartucho sellado que contiene un filtro que captura el material genético que posteriormente se analiza en un laboratorio mediante metabarcodificación de ADN y otras metodologías de secuenciación. La WCS ha utilizado el eADN para detectar especies raras y amenazadas, desde las ballenas jorobadas hasta la tortuga de caparazón blando de Swinhoe, una de las especies más raras del planeta.
Aunque el estudio del Everest se centró en la identificación a nivel de orden, el equipo pudo identificar muchos organismos a nivel de género o especie.
Por ejemplo, el equipo identificó rotíferos y tardígrados, dos diminutos organismos animales conocidos por encontrarse en los entornos más duros y extremos y que se consideran entre los animales más resistentes conocidos en la Tierra.
Además, identificaron al gallo de las nieves tibetano, que se encuentra en el Parque Nacional de Sagarmatha, y se sorprendieron al encontrar especies como el perro y el pollo domésticos, que representan la influencia de las actividades humanas en el paisaje.
También identificaron pinos, que sólo se encuentran muy abajo de donde tomaron las muestras, lo que demuestra cómo el polen arrastrado por el viento puede llegar a lo alto de estas cuencas. Otro organismo que identificaron en varios lugares fueron las moscas de mayo, conocidas como especies indicadoras del cambio medioambiental.
El inventario de eADN ayudará a la futura biomonitorización del Alto Himalaya y a los estudios moleculares retrospectivos para evaluar los cambios a lo largo del tiempo, a medida que el calentamiento provocado por el clima, el derretimiento de los glaciares y las influencias causadas por el hombre reconfiguran este ecosistema de fama mundial en rápida transformación.
La Dra. Tracie Seimon, del Programa de Salud Zoológica de la WCS, codirige el equipo de campo de biología del Everest y dirige el estudio:
"Los entornos alpinos y eólicos, que a menudo se han considerado estériles y carentes de vida, tienen en realidad una abundante biodiversidad. Los entornos de alta montaña, incluido el Monte Everest, deberían ser reconocidos como un objetivo para el seguimiento sostenido de la biodiversidad a largo plazo de los taxones de alta montaña para complementar el seguimiento bioclimático y las evaluaciones del impacto del cambio climático".
Dijo la Dra. Marisa Lim, de la Wildlife Conservation Society: "Fuimos en busca de la vida en el techo del mundo. Esto es lo que hemos encontrado. Sin embargo, la historia no termina aquí. Hay más cosas por descubrir y esperamos que nuestros hallazgos ayuden a informar sobre futuras exploraciones".
Dijo el Dr. Anton Seimon, codirector del estudio de campo, Explorador de National Geographic y profesor asistente de investigación en la Universidad Estatal de los Apalaches:
"Hace un siglo, cuando se le preguntó: '¿Por qué ir al Monte Everest?', el alpinista británico George Mallory respondió famosamente 'Porque está ahí'. Nuestro equipo de 2019 tenía una perspectiva bastante diferente: fuimos al Monte Everest porque es informativo, puede enseñarnos cosas sobre el mundo en el que vivimos".
Al proporcionar este conjunto de datos de código abierto a la comunidad investigadora, los autores esperan contribuir a los esfuerzos continuos para crear recursos moleculares que permitan estudiar y seguir los cambios en la biodiversidad de la montaña más alta de la Tierra.