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Bain & Company emite reporte sobre transición energética

Bain & Company emite reporte sobre transición energética

La mitad de las empresas de energía y recursos naturales han situado la transición energética en el centro de su estrategia, aunque muchas de estas compañías han anunciado ambiciones de cero emisiones netas a 25 o 30 años, las empresas de oil and gas, minería y de servicios energéticos siguen estando por detrás de otros sectores en sus compromisos climáticos.

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Bain & Company
Bain & Company

Nueva York.- El primer informe Energía y Recursos Naturales en el mundo 2021, elaborado por Bain & Company, explora cómo el sector energético y los inversionistas en medio ambiente, ámbito social y gobierno corporativo (ESG, en inglés) pueden trabajar juntos para aprovechar la transición energética.

Quedarse sin hacer nada en el cambio hacia la sostenibilidad ya no es una opción

Los próximos cinco años traerán un intenso periodo de cambio para las industrias del sector de la energía y los recursos naturales (oil & gas, servicios públicos, productos químicos, minería y agricultura), ya que muchas se reinventan para hacer frente al cambio climático y navegar por las transiciones energéticas y de recursos.

Algunos inversionistas apuestan por ellas, trasladando el dinero de las empresas más destacadas a nuevas compañías con menos bagaje histórico. El informe Energía y Recursos Naturales en el mundo de Bain afirma que sería un error descartar a estas empresas.

"Los accionistas y los activistas han dejado claro que quieren que las empresas de energía y recursos naturales actúen lo más pronto posible. Quedarse sin hacer nada en el cambio hacia la sostenibilidad ya no es una opción", comenta Joe Scalise, Jefe de la práctica global de Energía y Recursos Naturales de Bain & Company.

Si queremos tener éxito en la transición energética, necesitamos que los grandes jugadores lideren el camino

Este nuevo estudio señala que la experiencia, las capacidades y la escala de las empresas tradicionales de energía y recursos son hitos necesarios para la transición energética, pero para liderar esta transición, estas empresas deben invertir en innovación, redefinir su impacto para mantener la licencia social requerida para operar en los lugares más vulnerables del mundo y contar una historia creíble para los inversionistas a fin de asegurar el capital necesario para nuevas inversiones.

Garantizar el capital necesario para construir un mundo con cero emisiones

Las empresas energéticas están bajo presión, no sólo de los inversionistas que quieren emitir menos carbono, sino también de un conjunto más amplio de inversores que apoyan cada vez más a los iniciadores del cambio para lograr el cambio.

"En los últimos años, hemos visto como el capital ha salido de los sectores de energía y recursos naturales hacia áreas como tecnología, servicios financieros y productos de consumo. Sin embargo, los inversionistas en ESG que se inclinan por compañías de energía pueden tener un mayor impacto que los que no se preocupan por lo más mínimo", dijo Peter Parry, Presidente de la práctica de Energía y Recursos Naturales de Bain & Company.

"Este rápido cambio de capital llega en un momento crítico en el que los sectores de energía y recursos naturales deben reinvertir y reequiparse para crear soluciones bajas en carbono y sostenibles para sus clientes, inversionistas y para todos nosotros", agregó.

El nuevo informe de Bain explora cómo la relación entre los inversionistas ESG y las empresas energéticas puede estar acercándose a un punto de inflexión, con las estrategias iniciales de confrontación de los inversionistas ESG que ahora resultan en una proliferación de objetivos ESG en todo el sector de energía y recursos naturales.

Los autores del informe sugieren que la siguiente fase será de colaboración, en la que las empresas de energía y recursos deberán aprovechar la fuerza de sus negocios tradicionales para asegurar el financiamiento de gastos de capital en nuevos activos e infraestructura que apoyen la transición energética.

Esto incluirá apoyos como la producción de materias primas biológicas, la generación de energía renovable, los electrolizadores de hidrógeno, la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos y el reciclaje de residuos.

A pesar de esta promesa, el nuevo estudio de Bain muestra que los inversionistas se han sentido más atraídos por otros sectores durante la última década. En 2010, las empresas de energía, servicios públicos, materiales y el sector industrial representaban el 30% del índice Standard & Poor's 500; a finales de 2020, su cuota había caído al 16%.

Las cinco principales compañías de oil and gas han perdido, en conjunto, unos 200 mil millones de dólares de capitalización bursátil desde 2015. Y los inversionistas institucionales que han aprobado más propuestas de cambio climático mantienen inversiones más pequeñas en energía y recursos naturales.

Los inversionistas ESG podrían apoyar este impulso de la sostenibilidad pasando de ser adversarios a defensores, apoyando a las empresas que demuestran una buena trayectoria de cambio y recompensando a otras que dan pasos tangibles para reducir sus emisiones de carbono a escala. E

n algunos casos, los inversionistas en ESG podrían ir más allá y ayudar a empresas públicas a volverse total o parcialmente privadas durante un tiempo, para acelerar transiciones que podrían ser mucho más difíciles bajo el dominio público.

Establecer un camino realista hacia la descarbonización para el sector de la energía y los recursos naturales

La mitad de las empresas de energía y recursos naturales han situado la transición energética en el centro de su estrategia. Aunque muchas de estas compañías han anunciado ambiciones de cero emisiones netas a 25 o 30 años, las empresas de oil and gas, minería y de servicios energéticos siguen estando por detrás de otros sectores en sus compromisos climáticos. Será imperativo que las organizaciones que lideren el camino establezcan una trayectoria realista con signos verificables de avances y adopten resoluciones específicas, como la vinculación de la remuneración de los ejecutivos a los resultados ESG.

Hacer realidad la promesa del hidrógeno bajo en carbono

Cada vez es más claro que las estrategias tradicionales de reducción no lograrán por sí solas el objetivo de las cero emisiones netas. Para alcanzar las cero emisiones netas en el momento oportuno, se necesitarán innovaciones adicionales. La innovación más prometedora, por el momento, es el hidrógeno bajo en carbono.

El estudio de Bain estima que el mercado actual del hidrógeno podría duplicarse con creces para 2050, de unos 115 millones de toneladas a 300 millones de toneladas, y que el componente de bajas emisiones de carbono pasaría de ser prácticamente inexistente a acaparar la mayor parte del suministro del mercado.

Llegar a nuevos mercados para la creación de valor

Las principales empresas de recursos tendrán que equilibrar las necesidades de su negocio principal actual al tiempo que crean nuevas fuentes de crecimiento que cumplan con las necesidades cambiantes de los clientes. Por ejemplo:

La transición de los tubos de escape de los vehículos a las baterías

 La transición de los motores de combustión interna a los vehículos eléctricos está provocando un efecto dominó en las cadenas de suministro. En el ámbito de los productos químicos, los volúmenes de los sistemas de escape utilizados en los motores de combustión interna, que se basan en catalizadores químicos, pueden haber alcanzado su punto máximo.

Hasta ahora, las estrictas regulaciones han obligado a los fabricantes de automóviles a utilizar más catalizadores químicos, resultando en un valor más alto por vehículo promedio. De hecho, el valor total de los catalizadores químicos en los sistemas de escape creció un 7% al año desde 2010. Sin embargo, se prevé que en los próximos cinco años el crecimiento baje hasta el 2% anual y después el mercado mundial se reducirá. Se calcula que el mercado total de los motores de combustión interna alcanzará su punto máximo en 2028, ya que el mercado de vehículos eléctricos de batería crecerá hasta alcanzar el 35% de la flota mundial en 2040.

Responder a un cambio de hábitos alimenticios

Las proteínas animales de origen terrestre suponen un desgaste de los recursos naturales, ya que representan alrededor del 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura y el 80% de todas las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la alimentación en todo el mundo. Estas proteínas animales de origen terrestre utilizan en total una cuarta parte del agua y el 80% de la tierra dedicada a la producción de alimentos.

Las innovaciones en la producción de proteínas, como las alternativas lácteas y cárnicas de origen vegetal, podrían reducir ese desgaste de recursos con el tiempo. Es probable que el futuro de las proteínas incorpore en gran medida nuevas tecnologías y, a medida que se vuelvan más competitivas en costos, las alternativas a las proteínas podrían sustituir entre el 15% y el 35% de las proteínas animales en Estados Unidos entre 2030 y 2035.

Aprovechar el talento y la tecnología de próxima generación para transformar las cadenas de suministro de energía

Los trabajadores en la primera línea de trabajo del sector de energía y recursos naturales tienen cada vez más conocimientos técnicos, por necesidad. A medida que los nuevos sistemas que desarrollan se vuelven más sofisticados, los trabajadores se entrenan más para entender y trabajar con los sistemas digitales que maximizan la productividad.

La investigación de Bain reveló que más de la mitad de los ejecutivos de energía y recursos naturales no están satisfechos con la precisión de sus previsiones de demanda. Las previsiones avanzadas y los modelos de demanda más sofisticados promoverán una planificación precisa y reducirán la huella de carbono de las operaciones en la cadena de suministro.

Asimismo, una nueva ola de automatización inteligente emplea inteligencia artificial y sistemas del Internet de las Cosas (IoT) para gestionar tareas complejas, peligrosas o especificas con mayor flexibilidad. Este cambio promete permitir una mayor automatización en las industrias de energía y recursos naturales, que suelen encontrarse en entornos más abiertos y variables.

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