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Expertos analizan las perspectivas ambientales y económicas para el 2023

Expertos analizan las perspectivas ambientales y económicas para el 2023

Se vive frente a la necesidad de promover un crecimiento económico, sin entender que en sí mismo implica un deterioro por el uso exacerbado de los recursos naturales, lo que afecta el medio ambiente y ha causado un desequilibrio en el número de peces en los océanos, mayor escasez de cereales producto del uso intensivo de suelos.

Todo indica que el 2023 no será un año fácil para el mundo, pues las expectativas económicas no son favorables, no sólo por la lenta recuperación financiera, sino por el bajo control inflacionario, el aumento del precio de la energía y la agudización del cambio climático, que seguirá ocasionando severas sequías en distintas regiones del mundo, advirtió la doctora Graciela Carrillo González, investigadora de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En la mesa “Las doce campanadas: perspectivas mundiales para el 2023”, señaló que sin duda las secuelas del deterioro ambiental son cada vez más visibles a consecuencia de un modelo político-económico sin regulación alguna, que module, por un lado, el crecimiento de la población que este año rebasó los ocho mil millones de habitantes, lo que desató una mayor demanda de recursos, servicios, productos y un aumento de la oferta y, por otro lado, el escueto cuestionamiento de estilos de vida con modos de consumo y producción que ponen en riesgo la salud y alteran los ecosistemas.

La profesora del Departamento de Producción Económica explicó que se vive frente a la necesidad de promover un crecimiento económico, sin entender que en sí mismo implica un deterioro por el uso exacerbado de los recursos naturales, lo que afecta el medio ambiente y ha causado un desequilibrio en el número de peces en los océanos, mayor escasez de cereales producto del uso intensivo de suelos y, por ende, una severa deforestación de los suelos.

Otro gran asunto es el de los desarrollos inmobiliarios, lo que genera consumos de agua que cambian la disposición de suelos, expropiaciones, desplazamientos y gentrificaciones, pero además los más de cinco mil millones de personas que tienen un celular también han generado un incremento en el consumo energético que demanda cada vez más una gran la explotación de minerales que se ha extendido a concesiones marinas para extraer riquezas naturales del subsuelo.

Lo cierto es que 40 años antes de la pandemia la economía mundial ya enfrentaba problemas de estancamiento con inflación, de hecho la llegada del COVID-19 resultó un pretexto ideal para justificar ese atasco mundial, aseguró el doctor Armando Pineda Osnaya, investigador del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco de la UAM.

Estados Unidos cometió un fuerte error contra sí mismo, cuando en los años ochenta del siglo pasado impuso la globalización con una principal característica: situar las tasas de interés por encima de los precios de la inflación para dividir en tres grandes sectores a la sociedad, los trabajadores que reciben su sueldo, los que venden y ganan de los precios que ponen a sus productos y aquellos que compran acciones y obtienen dividendos de las tasas de interés, lo que ha ocasionado que el salario siga cayendo cada vez más.

Pero sin duda –dijo el profesor Pineda Osnaya– la parte más crítica se vive a nivel medioambiental, pues la alarma ecológica plantea dos opciones decrecer o cambiar el tipo de crecimiento, es decir, abandonar el modelo de la gran industria contaminante y sustituirlo por uno que apoye el mercado doméstico, que requeriría también la implementación de mayores salarios y detener el aumento desproporcionado de productos que en muchos sentidos está orientado a satisfacer la demanda de gente de muy altos ingresos.

Ante este escenario la educación es la principal herramienta para contrarrestar la desinformación frente al cambio climático y para desmitificar la sostenibilidad del sistema económico actual y, en ese sentido, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) pueden ser una poderosa arma para difundir mensajes de concientización sobre la situación que se vive, aseguró la doctora Rafaela Silva López.

La investigadora del Departamento de Sistemas de Información y Comunicación de la Unidad Lerma de la UAM dijo que las TICs han tenido una gran relevancia en asuntos de enseñanza desde que la pandemia condujo al confinamiento, lo cual hizo evidente el proceso de digitalización necesaria en el sector educativo, pues la web 3.0 es un espacio donde se desarrollan nuevas habilidades cognitivas en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Además está el metaverso que permite tener una inmersión del ámbito educativo digital, a través de sistemas de gestión del aprendizaje, interconectados con repositorios institucionales de recursos abiertos y de enseñanza, los cuales son uno de los temas importantes a tratar en los siguientes años, explicó Silva López.

El reto para la enseñanza superior en cuanto a las TICs es pensar en una universidad digital sostenida en niveles de transformación, desde la digitalización de procesos administrativos y académicos, hasta contar con un método de gestión del aprendizaje en el que las plataformas de aula virtual estén vinculadas a sistemas interconectados a repositorios institucionales de recursos educativos abiertos.

Además será necesario pensar en una arquitectura de servicios digitales dentro de las instituciones de educación superior y pensar en una cultura digital con manejo electrónico de documentos, que lleve a gestiones libres de papel, así como de aplicaciones que permitan habilitar la formación híbrida con innovaciones y sistemas de información que aprovechen la infraestructura tecnológica actual.

Temas relacionados: Consumo Sostenibilidad UAM
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