Washington. Un reciente estudio ofrece el primer análisis detallado de los patrones de incendios en los bosques tropicales húmedos de África Central y Occidental. Durante los últimos 18 años, el número de incendios activos se ha duplicado, especialmente en la cuenca del Congo.
Este aumento se atribuye principalmente a condiciones climáticas cada vez más cálidas y secas, así como a la actividad humana, incluida la deforestación. Los expertos advierten que este incremento probablemente continuará a la luz de las proyecciones climáticas actuales.
Históricamente, los incendios en los bosques húmedos africanos han recibido menos atención que los de los bosques secos y las sabanas debido a su menor tamaño. Sin embargo, investigaciones recientes en el Amazonas sugieren que estos bosques también son vulnerables al fuego, lo que subraya la necesidad de considerarlos como un componente crítico en el contexto del cambio climático.
El estudio, liderado por el ecólogo Michael Wimberly de la Universidad de Oklahoma, destaca que el aumento de los incendios forestales no solo afecta a África, sino que es un fenómeno global. Regiones como el noroeste del Pacífico estadounidense y el Amazonas también han experimentado incrementos significativos en la actividad incendiaria en bosques históricamente húmedos.
Los incendios en los bosques tropicales húmedos africanos suelen ocurrir en los bordes de los bosques, donde la actividad humana, incluida la deforestación, es más intensa. El clima más cálido y seco, atribuido al cambio climático, ha creado condiciones más propicias para el fuego.
Este fenómeno ha sido respaldado por el análisis de imágenes de satélite realizado por los investigadores, que revela un aumento evidente en la frecuencia de los incendios a lo largo del tiempo, con mayores incrementos en las regiones de tierras bajas del noroeste del Congo.
La deforestación, que se asocia con altos niveles de actividad humana, también ha contribuido significativamente al aumento de la actividad incendiaria. La pérdida de bosques fragmenta el paisaje y crea más bordes expuestos, que son más susceptibles al fuego debido a condiciones microclimáticas más secas y la presencia de especies invasoras. Además, los patrones meteorológicos, como las altas temperaturas y el estrés hídrico de las plantas, están estrechamente vinculados a la incidencia de incendios, especialmente durante eventos climáticos extremos como el "súper El Niño" de 2015-2016.
Estos hallazgos subrayan la urgencia de abordar el aumento de los incendios forestales en los bosques tropicales húmedos africanos. La gestión forestal sostenible y la prevención de incendios en los bordes de los bosques son esenciales para evitar círculos viciosos que perpetúen la degradación forestal y aumenten el riesgo de incendios futuros.
Además, es esencial adoptar medidas a nivel internacional para mitigar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. Esto incluye apoyar iniciativas de conservación forestal y restauración de ecosistemas, así como promover prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan la presión sobre los bosques y fomenten el desarrollo económico de las comunidades locales de manera compatible con la conservación del medio ambiente.
La investigación también destaca la necesidad de fortalecer la capacidad de monitoreo y respuesta ante incendios en la región, así como de mejorar la cooperación internacional para compartir datos y mejores prácticas en la gestión forestal y la prevención de incendios. Esto requerirá la colaboración entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y el sector privado para desarrollar estrategias integrales y efectivas de manejo del fuego que protejan los valiosos recursos naturales de los bosques tropicales húmedos africanos.