Un extenso estudio global sobre los COP, compuestos químicos persistentes que representan riesgos para la salud y el medio ambiente durante largos períodos, confirma su presencia en la leche humana, aire, agua, suelo, alimentos y diversos ecosistemas.
Este estudio fue llevado a cabo por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), y destaca la importancia de monitorear estos compuestos, ser prudentes en la introducción de alternativas y cerrar las brechas en la conciencia y regulación al respecto.
El estudio abarcó 42 países de regiones con datos limitados sobre COP, como África, Asia, América Latina, el Caribe y el Pacífico, supervisando 30 COP listados en el Convenio de Estocolmo desde 2021, con muestras recolectadas entre 2016 y 2019.
Los resultados se publican coincidiendo con la reunión en Ginebra de un grupo de trabajo especial sobre productos químicos, residuos y prevención de la contaminación, destacando la continua presencia global de los COP a pesar de los esfuerzos por reducir su uso y producción.
Andrea Hinwood, Científica Jefe del PNUMA, subrayó:
Es crucial vigilar las concentraciones de COP en el ambiente y en nuestros cuerpos, especialmente en países de ingresos medios y bajos, para apoyar decisiones informadas sobre contaminación, emisiones y exposición a estos compuestos'."
La lista de 30 COP estudiados incluye plaguicidas, productos químicos industriales y subproductos no intencionales de procesos industriales y combustión incompleta, detectados en más de 900 muestras. A nivel global, se observa una disminución en los niveles de 12 COP desde la inclusión inicial en el Convenio de Estocolmo de 2004, atribuible a regulaciones adoptadas en ese período.
Sin embargo, compuestos como el DDT, históricamente utilizado en agricultura y ahora restringido, persisten en muestras de leche humana, aunque con una disminución promedio del 70% desde 2004 a nivel mundial.
Rolph Payet, Secretario Ejecutivo de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo, enfatizó:
El seguimiento de los COP es esencial para evaluar el impacto real de las medidas globales adoptadas. Estos resultados subrayan la necesidad urgente de intensificar esfuerzos para proteger la salud humana y el medio ambiente."
El estudio también destaca la presencia de nuevos COP, difíciles de controlar incluso para los laboratorios más avanzados, como los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), encontrados en diversos productos y superando normativas en áreas como agua potable y alimentos.
Jacqueline Álvarez, del PNUMA, advirtió:
"Es preocupante ver cómo sustancias prohibidas son reemplazadas por otras con propiedades similares, perpetuando su presencia en nuestros productos y entornos naturales. La sostenibilidad debe ser prioritaria en el diseño de productos industriales y en las decisiones de los consumidores."
El PNUMA continuará apoyando a los gobiernos y colaborando con las industrias para abordar los desafíos de los COP, identificando áreas críticas y monitoreando el progreso hacia la reducción de la contaminación.