Cambiar hábitos de consumo disminuye generación de residuos

“Es importante que conozcamos nuestros residuos, de qué tipo son: orgánicos -cáscaras o restos de comida- o inorgánicos -papel, cartón, plástico y vidrio- y separarlos desde el origen para que no se contaminen y la calidad de los reciclables se conserve”.

Participar en el reciclaje de residuos es un esfuerzo que comienza en nuestras casas, escuelas y sitios de trabajo. Está en contacto directo con los desechos que arrojamos al basurero y que requieren de un acto de conciencia que se traduzca en generar menos y separarlos para facilitar que tengan una segunda vida.

“Es importante que conozcamos nuestros residuos, de qué tipo son: orgánicos -cáscaras o restos de comida- o inorgánicos -papel, cartón, plástico y vidrio- y separarlos desde el origen para que no se contaminen y la calidad de los reciclables se conserve”, afirma la investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Nancy Merary Jiménez Martínez.

La especialista asegura: no todo se puede reciclar en el país, por lo que es necesario conocer, en las inmediaciones de nuestra casa, los centros de acopio y cómo debemos llevar los residuos.

Su separación es el primer paso de un proceso que continúa en una planta de segregación más fina, luego en una de tratamiento para triturarlos y más tarde en sitios especializados que reutilizan los materiales, explica.

Jiménez Martínez enfatiza en la importancia de disminuir los productos empacados que compramos. “El 44 por ciento de todo el plástico que se produce a nivel mundial es para empaques, y lo vemos en estos grandes almacenes y supermercados”.

Basura Cero

Una iniciativa para hacer realidad el reciclaje se lleva a cabo en el campus Morelos de la UNAM, a partir de 2016. Se trata del programa Basura Cero, que desde su puesta en marcha ha reunido 35 toneladas de materiales reciclables y convertido en composta el 100 por ciento de residuos orgánicos que ahí se generan, los cuales se aprovechan en las áreas verdes del lugar.

Comenzamos quitando los basureros de las oficinas y poniendo botes con separación en sitios comunes a donde las personas se dirigen para deshacerse de los desechos, comenta Jiménez Martínez, integrante de esta acción que tiene resultados de eficiencia y también de educación ambiental.

Hace dos años este proyecto (llamado oficialmente Programa de Manejo Integral de Residuos Sólidos Universitarios con Enfoque Basura Cero) obtuvo el reconocimiento “Altamente elogiado” en el International Green Gown Awards 2022, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas, que distingue las iniciativas de sostenibilidad excepcionales efectuadas por universidades del mundo.

Se han logrado recuperar residuos sólidos valorizables: como papel, cartón, latas, vidrio, generados por los dos mil integrantes del campus; representan la captura de más de 95.6 toneladas cortas de dióxido de carbono equivalente.

Además, el 100 por ciento de los residuos orgánicos de poda del campus Morelos son tratados en la planta universitaria de compostaje de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, con la cual se tiene un convenio de colaboración.

La especialista del CRIM considera que este plan podría replicarse en otros sitios de la UNAM, como las escuelas nacionales de Estudios Superiores, o las facultades de Estudios Superiores, donde hay comunidades más pequeñas que en Ciudad Universitaria.

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