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Activistas piden no incinerar residuos durante pandemia de coronavirus

Activistas piden no incinerar residuos durante pandemia de coronavirus

Ecologistas en Acción afirma existen tratamientos alternativos con menor impacto ambiental, como la esterilización en autoclave.

Madrid.- El Ministerio de Sanidad de España ordenó el pasado 22 de marzo la gestión de los residuos de sitios en contacto con el COVID-19, los cuales deben depositarse en los contenedores para ser incinerados.

Sin embargo, la organización Ecologistas en Acción considera que esta medida no es lo más sano y que hay alternativas.

“Las fábricas de cemento no son las instalaciones adecuadas para quemar estos residuos, porque no están diseñadas para eso y no tienen suficientes sistemas para reducir la contaminación atmosférica añadida que generará, porque ningún horno está preparado para que las bolsas de basura puedan introducirse sin ningún tratamiento previo (trituración, fragmentación) en el quemador principal ni en el precalcinador”, explica.

En segundo lugar, “aunque el virus se desactiva al cabo de unas horas, el manejo de esa basura pondría en riesgo la salud de trabajadores, y porque las fábricas de cemento deberían cesar su actividad en esta situación de crisis sanitaria y de confinamiento, pues no es una actividad esencial para la sociedad”.

La organización ambientalista señala que "los residuos sanitarios de los centros que traten enfermos del COVID-19 deberían seguir el tratamiento convencional, que en su gran mayoría reposa sobre su desinfección por vapor y vacío mediante autoclave, y una vez desinfectados proceder a su tratamiento como residuos domésticos ordinarios, para recuperar los materiales reciclables (metales, plásticos, etc)”.

Ese tratamiento genera menos impactos ambientales que la incineración o el vertido de los residuos, los métodos más agresivos y con peor comportamiento ambiental, aseguran.

Además, algunos residuos de los equipos de protección individual, como mascarillas y batas, se pueden reciclar y reutilizar fácilmente, una vez desinfectados y limpios.

Renunciar al tratamiento de esos residuos y priorizar su incineración o, en su defecto, el vertido, no hace más que proseguir la senda de insostenibilidad en la gestión de los residuos domésticos en el Estado español, que en 2017 llevó a los tiraderos (vertederos) el 63 por ciento de sus residuos, y una cuarta parte de ellos sin ningún tipo de tratamiento previo, incumpliendo la legislación europea y española dictada hace 20 años sobre el depósito de residuos.

Ecologistas en Acción advierte que esta orden podría servir de excusa para algunos operadores y Comunidades Autónomas, para continuar depositando residuos domésticos en vertederos, sin recibir tratamiento previo.

El incremento en la generación de residuos motivado por la adopción de las medidas obligatorias de asepsia y protección no debe ir unido a un descenso en las exigencias de preservación de la salud y del cumplimiento de las máximas garantías ambientales en la gestión de los residuos, concluye.

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