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Cinco riesgos pandémicos asociados con la ganadería intensiva

Cinco riesgos pandémicos asociados con la ganadería intensiva

Un nuevo informe indica que la ganadería intensiva podría desencadenar la próxima pandemia, es recomendable un cambio global hacia más proteínas vegetales, Humane Society International identifica cinco riesgos.

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Jaula de gallinas
Jo-Anne Mcarthur

Ciudad de México. - La producción animal intensiva, en la que miles de animales estresados se mantienen confinados y hacinados, es el caldo de cultivo perfecto para futuras pandemias.

Los líderes mundiales deben acelerar las acciones para cambiar las dietas globales hacia más alimentos de origen vegetal, indica un informe elaborado por la organización mundial de protección animal Humane Society International (HSI).

HSI identifica cinco riesgos pandémicos principales asociados con la producción pecuaria, creando una "caja de Petri" para que los patógenos exploten, muten y se propaguen:

1. "Spillover" o "Desbordamiento" del virus: cuando la expansión de granjas en áreas previamente silvestres reúne especies silvestres y domésticas.

2. Amplificación viral: donde se crean nuevas cepas virales al confinar un gran número de animales estresados en espacios cerrados.

3. Concentración de granjas: la densa concentración geográfica de granjas aumenta el riesgo de propagación de patógenos.

4. Comercio mundial de animales vivos: en el que se transporta una gran cantidad de animales vivos entre países y continentes, lo que permite que los patógenos se propaguen aún más.

5. Mercados de animales vivos, ferias agrícolas y subastas: se crean "centros" en los que animales provenientes de múltiples sitios distintos se mantienen en estrecha proximidad con el público, lugares en que los virus pueden proliferar.

El mensaje es simple, si queremos detener futuras pandemias, tenemos que reducir significativamente el hábito de la carne, y los líderes mundiales deben ayudar activamente a cambiar las dietas mundiales

Los animales de granja han estado en el centro de múltiples brotes de enfermedades zoonóticas durante los últimos dos siglos, incluida la influenza aviar H5N1, transmitida de aves de corral a humanos; el virus Nipah; y la influenza porcina HINI, transmitida de cerdos a humanos.

Si bien la pandemia de coronavirus llevó al mundo a reconocer la necesidad de cerrar los insalubres mercados de fauna silvestre implicados como un origen probable del nuevo coronavirus, las granjas industriales y los mataderos también tienen graves consecuencias para la salud humana y a menudo, están mucho más cerca de casa.

Julie Janovsky, vicepresidenta de campañas de animales de granja de Humane Society International, dice: "Desde que se supo que el COVID-19 probablemente se originó en un mercado de especies vivas donde los animales estresados se hacinaban en jaulas y condiciones insalubres, comenzamos a examinar qué otra explotación humana de animales podría crear una caja de Petri similar llena de enfermedades”.

“Al observar los datos, es evidente que el aumento y la expansión sin precedentes de la ganadería intensiva, principalmente en las granjas industriales, en las que se crían y sacrifican más de 80 mil millones de animales en todo el mundo cada año, es un claro riesgo. El mensaje es simple, si queremos detener futuras pandemias, tenemos que reducir significativamente el hábito de la carne, y los líderes mundiales deben ayudar activamente a cambiar las dietas mundiales hacia una alimentación más basada en plantas", agrega.

Al igual que los mercados de vida silvestre, los sistemas de confinamiento intensivo utilizados en la producción pecuaria hacinan a un gran número de animales en espacios pequeños, sólo que a una escala mucho mayor.

En las instalaciones industriales de producción de huevos y pollos, los animales son criados por millares, respirando el mismo aire polvoriento y cargado de amoníaco en instalaciones con poca luz.

Las cerdas reproductoras en la industria porcina suelen estar confinadas en jaulas de metal, tan estrechas que ni siquiera pueden darse la vuelta y las gallinas criadas para la producción de huevos se mantienen en espacios tan pequeños que no pueden estirar las alas.

Podemos hacer que nuestro mundo sea menos vulnerable a futuras pandemias, pero solo reevaluando la ganadería y cambiando nuestro consumo hacia fuentes de proteínas de origen vegetal

Cuantos más animales tengan un virus para replicarse y mutar, mayores serán las posibilidades de que un patógeno nuevo y mortal pueda surgir de un sitio de producción infectado.

Para prevenir otro brote de virus zoonóticos como el que causa el COVID-19, HSI insta y hace campaña para:

• Una reducción sustancial de nuestra dependencia global de proteínas de origen animal.

• Políticas públicas que favorezcan la producción de opciones vegetales en lugar de la expansión de la ganadería.

• Disminución en el número de animales criados para la alimentación humana, a fin de reducir la densidad de población animal tanto dentro de las granjas como geográficamente.

Eliminación progresiva del uso de jaulas utilizadas para el hacinamiento de animales en sistemas intensivos.

Erradicación progresiva de largas distancias de transporte de animales vivos.

• Políticas para proteger los ecosistemas naturales de la expansión agrícola y otras fuentes de degradación y fragmentación.

• Prohibición de la venta de aves de corral en todos los mercados de aves vivas y restricciones a las exhibiciones de animales vivos.

Sara Shields, experta científica de animales de granja de Humane Society International, dice: "Si estudiamos brotes pasados de enfermedades de animales a humanos, podemos ver que surge un patrón que identifica claramente a la cría intensiva de estos como el principal culpable. En 1997, el brote de Nipah en Malasia de propagación de virus de especies silvestres a domésticas, así como un meta-nálisis, han demostrado que la influenza aviar altamente patógena es posible gracias al confinamiento de miles de aves juntas donde los virus mutantes se intercambian fácilmente entre hospedadores”.

“Podemos hacer que nuestro mundo sea menos vulnerable a futuras pandemias, pero solo reevaluando la ganadería y cambiando nuestro consumo hacia fuentes de proteínas de origen vegetal. Para hacer esto, los gobiernos deben participar activamente en el reequilibrio de nuestro sistema alimentario, pero como consumidores también somos directamente responsables de los impactos de nuestras elecciones de alimentos", destacó Shields.

"El mercado de alimentos de origen vegetal está en auge, lo que facilita el cambio de productos animales por más alternativas vegetales. No hay mejor momento que ahora para tomar decisiones pensadas tomando en cuenta a los animales y la salud de nuestro planeta", añadió.

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