México.- En el documento “Estrategias integradas en contaminantes climáticos de vida corta para mejorar la calidad del aire y reducir el impacto al cambio climático”, editado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Coalición de Clima y Aire Limpio (CCAC) se describen acciones concretas que México debe seguir para reducir las fuentes de mayor emisión de los precursores de ozono, como es el carbono negro, el metano, los hidrofluorocarbonos y el ozono troposférico.
Este texto señala que la contaminación del aire y el cambio climático están estrechamente relacionados por sus fuentes comunes de emisión de gases y compuestos de efecto invernadero que contribuyen al forzamiento radiativo global.
Las fuentes de emisión de dióxido de carbono (CO2), derivadas de la quema de combustibles fósiles que en su gran mayoría son quemas ineficientes, no solo son los principales impulsores del cambio climático, sino también las principales fuentes de contaminantes del aire.
Las diferentes especies emitidas en forma de gases y partículas forman aerosoles cuyos contaminantes del aire son nocivos para la salud humana y los ecosistemas; contribuyen al cambio climático al afectar la cantidad de luz solar entrante que es reflejada o absorbida por la atmósfera y la tierra alterando la temperatura terrestre.
También señala que los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) son un subconjunto de compuestos y sustancias que contribuyen al balance radiativo global y son, en la gran mayoría de los casos, emisiones que provienen de la misma fuente de gases de efecto invernadero (GEI) y de procesos ineficientes de combustión.
De acuerdo con el documento, es importante definir estrategias y acciones que conjunten a todas las fuentes de emisión de forzantes climáticos en general y deben de incluirse en su política climática, de calidad del aire, salud y eficiencia energética.
Se indica también que México se comprometió a reducir sus emisiones de carbono negro, metano y HFC para 2030, la meta establecida contempla la reducción no condicionada de carbono negro de 51 por ciento del total de sus emisiones para ese año.
El más reciente inventario nacional de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero (INEGYCEI) indica que los subsectores clave para reducir el carbono negro y cumplir la meta fueron el autotransporte, las actividades industriales (ingenios azucareros y hornos ladrilleros) y el residencial por el uso de leña.
Respecto a los GEI, la mitigación no condicionada establece una reducción de 22 por ciento de sus emisiones a 2030, lo cual significa evitar alrededor del 15por ciento proveniente del metano, los subsectores clave de mayor emisión de metano fueron la agricultura y ganadería; y los residuos (sólidos y tratamiento de aguas residuales).
Los principales beneficios de la reducción de las emisiones de forzantes climáticos a 2030, se verán reflejados en mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático.
El documento reitera que, aun cuando existan diferencias conceptuales sobre la clasificación o categorización de fuentes definidas en cambio climático por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) y en calidad del aire por los contaminantes criterio, se puede establecer de manera evidente que son comunes los efectos y los impactos en los receptores ambientales.
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