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Bosques, ecosistemas que aportan un sinfín de servicios ambientales

Bosques, ecosistemas que aportan un sinfín de servicios ambientales

Este 2022, segundo año del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), la ONU reitera el exhorto global a la protección y recuperación de las masas forestales, como lo prevé el Objetivo 15 de Desarrollo Sostenible.

El 21 de marzo se celebró el Día Internacional de los Bosques, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 12 de diciembre de 2012 con el objetivo de generar conciencia entre la población mundial sobre la relevancia de proteger a las comunidades forestales del planeta y frenar la deforestación.

Mucho antes, en 1969, el Congreso Forestal Mundial realizado en Roma recomendó festejar el también llamado Día Forestal Mundial, y la propuesta fue aceptada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1971.

La inquietud surgió al comprobarse que la pérdida constante de arbolado reduce la capacidad oxigenadora de esa importante fuente, además de disminuir la supervivencia de todas las especies, incluida la humana, por lo cual resulta vital cuidar y preservar todas las áreas forestales del mundo.

Por si fuera poco, con la eliminación de los recursos forestales se pierde una cantidad importantísima de servicios ambientales como la captación de agua, la producción de alimentos, fibras, e incluso medicinas para aproximadamente mil 600 millones de personas de la población mundial, especialmente las más pobres.

A estas masas forestales debemos también el freno a la erosión, la producción de madera y de productos no maderables como resinas.

Este 2022, segundo año del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), la ONU reitera el exhorto global a la protección y recuperación de las masas forestales, como lo prevé el Objetivo 15 de Desarrollo Sostenible que impulsa la protección de los bosques y la diversidad biológica, así como atender el problema de la desertificación.

Todos nos beneficiamos de las áreas forestales porque el 80% de toda la biodiversidad terrestre habita en los bosques, pero como resultado de su destrucción cada año muchas especies se extinguen.

Los bosques también juegan un papel crítico porque la deforestación contribuye enormemente al cambio climático, al representar entre el 12 y 18% de las emisiones de carbono del mundo, lo que acelera el calentamiento global.

En esta jornada tratemos de hacer conciencia sobre la importancia de los bosques en la vida de las personas y del papel crucial que desempeñan en la erradicación de la pobreza, la sostenibilidad medioambiental y la seguridad alimentaria.

La gestión sostenible de los ecosistemas boscosos es clave para abordar los desafíos a los que se enfrentan los países afectados por conflictos, en vías de desarrollo o desarrollados.

Las generaciones presentes y futuras nos beneficiaremos de las fábricas de agua que son los bosques, ya que las cuencas hidrográficas y humedales forestales suministran el 75% del agua dulce accesible en el mundo para satisfacer las necesidades domésticas, agrícolas, industriales y ecológicas. De igual forma, los bosques actúan como filtros naturales del agua.

De acuerdo con la FAO, citada en un documento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los bosques son uno de los grandes proveedores de la naturaleza, pues además de ser una fuente de agua y seguridad alimentaria, son un acondicionador natural del aire, bajan su temperatura entre 2 y 8 grados; los árboles reducen la contaminación acústica del ruido de las carreteras y zonas industriales cercanas; y las zonas verdes urbanas posibilitan y contribuyen a mejorar la salud mental y prevenir las enfermedades

Alrededor del mundo hay ejemplos asombrosos de personas que han transformado grandes páramos en frondosos bosques y demuestran que es posible dar un giro de 180 grados. Y existen igualmente organizaciones internacionales que destinan sus ingresos a la plantación de árboles.

Todos podemos hacer algo por los bosques. Algo sencillo como dar un paseo por las zonas arboladas de nuestra ciudad para simplemente apreciar cuánto prodiga un árbol.

Podemos observar en un vivero, un parque o un jardín cómo esos individuos de copa verde ofrecen su follaje, su sombra y oxígeno a todo caminante. Veamos cómo su fronda alivia el cansancio de las aves que construyen sus nidos entre el ramaje, y sobre sus troncos miremos las veloces lagartijas que buscan alimento o una superficie para tomar el sol, mientras las ardillas se desplazan con maestría entre las ramas.

Pensemos en la aventura del senderismo en un bosque cercano acompañados de la familia o amigos. Disfrutaremos de un relajante paseo, del aire fresco definitivamente beneficioso, y de la belleza escénica del conjunto de la naturaleza.

En los viveros públicos podemos adoptar algunos árboles nativos de la región que se puedan plantar en algún camellón cercano, tal vez en el parque de nuestra colonia, o en el patio de nuestra casa si gozamos del privilegio de tenerlo. Eso sí, hemos de verlos crecer bajo nuestro cuidado para que puedan aportar sus servicios ambientales.

Si sembramos un limonero y a su lado un aguacate, a la vuelta de uno o dos años, tal vez menos, tendremos frutos recién cosechados, libres de pesticidas y, mejor aún, sin hacer gastos onerosos. Un manzano, un níspero, una guayaba, un mango también pueden ser nuestros compañeros de sombra, según el terreno disponible. O, qué tal una jacaranda que nos deleite con sus flores color lavanda al iniciar la primavera.

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