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Contaminación del aire, un grave problema para la salud pública mundial

Contaminación del aire, un grave problema para la salud pública mundial

El aire tóxico del mundo está matando silenciosamente a millones de personas cada año, desde enfermedades respiratorias hasta enfermedades cardíacas, es urgente reducir la contaminación atmosférica y los efectos cardiovasculares asociados a ella.

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Personas con mascarilla
Yoav Aziz/Unsplash

La contaminación atmosférica está relacionada no sólo con padecimientos respiratorios, sino también con una amplia gama de enfermedades cardiovasculares, como las cardiopatías, la insuficiencia cardíaca, los accidentes cerebrovasculares, los ritmos cardíacos anormales y los coágulos de sangre.

También se relaciona con otros importantes factores de riesgo de otras enfermedades como la hipertensión y la diabetes. Las personas que padecen asma de moderada a grave tienen un 40% más de probabilidades de sufrir episodios agudos en días de alta contaminación atmosférica.

Los científicos conocen bien los procesos biológicos por los que la contaminación atmosférica afecta negativamente a la función del corazón, la sangre y los vasos sanguíneos, y estos procesos empeoran muchas enfermedades cardiovasculares.

Las interacciones entre la contaminación atmosférica y otros factores de riesgo de enfermedad empeoran las desigualdades sanitarias en nuestra sociedad. Es urgente reducir la contaminación atmosférica y los efectos cardiovasculares asociados a ella.

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su Estrategia Mundial sobre Salud, Medio Ambiente y Cambio Climático en febrero de 2020, el mensaje era claro. Nos estamos quedando rápidamente sin tiempo para mitigar y revertir el devastador impacto ambiental de la industrialización y la urbanización, que, junto con la pérdida generalizada de especies y hábitats, causa directamente 7 millones de muertes cada año.

Esta cifra representa una cuarta parte de todas las muertes humanas. Hay una serie de factores que contribuyen a ello, pero ninguno es más preocupante que la contaminación atmosférica.

El aire tóxico del mundo está matando silenciosamente a millones de personas cada año, desde enfermedades respiratorias hasta enfermedades cardíacas. Destacados expertos en salud hablan sobre una crisis urgente que los responsables políticos no pueden seguir ignorando.

El lugar en el que viven las personas influye significativamente en el riesgo. Las comunidades más pobres son las más vulnerables porque las viviendas de menor coste suelen estar más cerca de las infraestructuras contaminantes que las propiedades de mayor valor.

Una nueva investigación de la Universidad de Nanjing y la Universidad de Macao sugiere que las PM2.5 realmente cambian la estructura de nuestro cuerpo.

El estudio demuestra que las partículas comprimen gravemente el tejido pulmonar, impidiendo que las células T citotóxicas vitales ataquen los tumores en sus primeras fases, lo que permite que se desarrollen sin obstáculos. Y las enfermedades respiratorias son sólo una parte de la historia.

Un tema por el que tenemos que preocuparnos mucho, es el neurodesarrollo de los niños, así como es de las mujeres embarazadas. Se les intenta proteger de las infecciones, de los alimentos dañinos, pero no somos conscientes de que si respiran partículas de aire contaminado pueden cerrar la barrera de la placenta y dañar el desarrollo del cerebro en el útero y esto se manifestará en la edad adulta: diabetes, enfermedades no transmisibles y bajo coeficiente intelectual.

Es necesario centrarse no sólo en las muertes, sino también en la reducción de la calidad de vida de muchas personas en todo el mundo debido a las enfermedades crónicas.

“El coste de esto para los sistemas sanitarios es enorme", sostiene la Dra. Maria Neira, Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, explica que las personas sufren problemas de movilidad, dolor y otros síntomas durante varios días, semanas o meses cada año.

“Tanto si se muere de malaria como de exposición a la contaminación atmosférica, ambas son pérdidas terribles. Pero la gente siempre quiere comparar. Así, si juntamos la malaria, la tuberculosis, el VIH y el sida, la contaminación atmosférica es mayor. Es como el tabaco, y tenemos un tratado legalmente vinculante para ello", explica. Actualmente, no se puede decir lo mismo de la contaminación atmosférica. La OMS ha actualizado recientemente los consejos sobre lo que constituye un "aire seguro", reduciendo los límites de recomendación de PM 2.5 y otros contaminantes clave.

Países como el Reino Unido, EU y varios miembros de la UE se han apresurado a cambiar su legislación para reflejar esta situación, aunque hasta ahora ninguno pretende igualar las recomendaciones de la organización en esta década.

Lamentablemente, sin un acuerdo global cualquier acción a nivel regional o nacional sólo ofrecerá resultados marginales debido a que la contaminación atmosférica viaja. En pocas palabras, un acuerdo universalmente vinculante sobre la lucha contra el aire tóxico es esencial.

La OMS no es la única que intenta concienciar y presionar a los responsables políticos a nivel local, nacional e internacional. En enero de 2020, la Fundación Británica del Corazón lanzó su campaña You're Full of It (Estás lleno de eso) para tratar de destacar la relación entre la contaminación atmosférica y las enfermedades cardiovasculares.

El Dr. Mark Miller es investigador principal del Centro de Ciencias Cardiovasculares de la Fundación Británica del Corazón en la Universidad de Edimburgo y se apresura a explicar que respirar una atmósfera tóxica daña directamente órganos como el corazón.

A la vista de los datos, es imposible no entender la preocupación de los doctores Miller y Neira. El número de muertes por contaminación atmosférica es inaceptable desde hace mucho tiempo, y la previsión de importantes problemas de salud en el futuro es una realidad aterradora.

Teniendo esto en cuenta, la verdadera pregunta es en qué momento tomamos medidas colectivas significativas, en lugar de pasos individuales incrementales que, a largo plazo, representan la más costosa de todas las opciones.

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