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El tiburón ballena, el pez más grande del mundo que visita México cada año

El tiburón ballena, el pez más grande del mundo que visita México cada año

México tiene el privilegio de recibir al tiburón ballena en aguas marinas de Bahía de Los Ángeles, Baja California; Bahía de La Paz, Baja California Sur, y en el norte del Caribe mexicano, cerca de la Isla Holbox, en Quintana Roo.

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Tiburón ballena
Un ejemplar de Tiburón Ballena. Profepa

La preservación del dócil tiburón ballena es necesaria casi dos siglos después de que fuera descrito por primera vez con detalle en 1849. Con ese propósito, en 2008 la 2ª Conferencia Internacional del Tiburón Ballena, celebrada en México, proclamó el 30 de agosto como Día Internacional del Tiburón Ballena, y 40 países se comprometieron a poner todo su esfuerzo en proteger y ayudar a este espécimen a no extinguirse.

Las naciones firmantes formularon la intención de “concientizar a las personas de todo el mundo sobre el peligro que representa la pesca ilegal, la contaminación de los mares, el tráfico de embarcaciones y el turismo no sostenible en la vida de estos enormes titanes del océano que se encuentran al borde de desaparecer para siempre de nuestro planeta”.

El tiburón ballena es una de las criaturas más longevas, pues llega a vivir más de cien años de edad. Puede medir hasta 21 metros de longitud y pesar hasta 34 toneladas, lo que no impide su carácter sociable y pacífico.

Su nombre científico es Rhincodon typus, y visualmente destaca por su cuerpo largo y angosto de color gris en el dorso con rayas y puntos blancos, lo que le ha ganado el apodo de pez damero, pez dama o pez dominó.

Su cabeza ancha y plana posee ojos pequeños en los extremos laterales, y termina en una enorme boca desprovista de dientes porque no es carnívoro, sino que se alimenta principalmente de plancton, que son diminutos organismos vegetales y animales que retiene y filtra por medio de sus branquias.

Tan carismático pez navega largas travesías por océanos y mares cálidos cerca de los trópicos, aunque también se reportan avistamientos en mares fríos, de manera que lo mismo se le ve en Australia Occidental que en Honduras, en Filipinas, Venezuela, el archipiélago de Zanzíbar, Tanzania y Panamá.

Al igual que esas regiones, México tiene el privilegio de recibirlo en aguas marinas de Bahía de Los Ángeles, Baja California; Bahía de La Paz, Baja California Sur, y en el norte del Caribe mexicano, cerca de la Isla Holbox, en Quintana Roo, y durante el mes de julio se realiza una festividad en su honor en Isla Mujeres, donde la mayor atracción es nadar junto a estos enormes animales en el mar, y en 2009 fue decretada como Reserva de la Biósfera el área marina conocida como Tiburón Ballena, frente a las costa norte de Quintana Roo.

Durante la temporada de avistamiento en nuestro país, de agosto a diciembre, el pez más grande del mundo se convierte en una deliciosa vista para el turismo que acude a admirarlo de cerca, y que incluso practica nado con esta hermosa criatura.

No obstante, el comportamiento dócil del tiburón ballena ha propiciado un creciente interés turístico por la realización de actividades de observación y nado con este organismo, lo que genera una gran afluencia de embarcaciones y visitantes que representa un riesgo potencial tanto para la especie como para su hábitat.

Esto lo convierte en una especie vulnerable a diversas actividades por su baja fecundidad y población relativamente escasa, hábitos de nado en superficie, madurez tardía y crecimiento lento. Además, se enfrenta a amenazas como la pesca incidental, la colisión con embarcaciones que puede provocarles lesiones letales, y los riesgos asociados a las actividades turísticas de observación y nado de forma no regulada.

Por tales razones, el 1 de octubre de 2008 entró en vigor la Norma Mexicana NMX-AA-142-SCFI-2008 que establece especificaciones y lineamientos para el desarrollo de actividades de aprovechamiento sustentable (buceo, nado y observación) con tiburón ballena relativas a su protección, manejo y la conservación de su hábitat. Pero al no ser obligatoria sino de aplicación voluntaria, no ha sido suficiente para la regulación efectiva de la actividad.

La Ley General de Vida Silvestre considera la observación y nado con tiburón ballena como actividades de aprovechamiento no extractivo que ofrece una oportunidad para el desarrollo sustentable, una opción de crecimiento económico a nivel local y un medio para sensibilizar a la sociedad en general sobre los bienes y servicios que provee la vida silvestre.

Sin embargo, si esta actividad no se realiza de forma ordenada, puede convertirse en una amenaza para el patrimonio natural, degradar los ecosistemas, elevar el costo de vida de la población local, deteriorar la cultura e impactar los ingresos de la población local.

Es importante destacar que en México el tiburón ballena es una especie catalogada como amenazada (A) en la NOM-059-SEMARNAT-2010 de Protección Ambiental-Especies Nativas de México de Flora y Fauna Silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 2010.

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lista al tiburón ballena como una especie vulnerable; la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) lo incluyó desde el 13 de febrero de 2003 en el Apéndice II de CITES, entre las especies que, sin encontrarse necesariamente en peligro de extinción, su comercio debe controlarse para evitar un uso/utilización incompatible con su supervivencia.

El Memorando de Entendimiento sobre la Conservación de Tiburones Migratorios, de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestre lo menciona entre los tiburones migratorios incluidos en su Anexo I, así como sus hábitats, con el objetivo alcanzar y mantener el estado de conservación favorable.

Por su parte, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar incluye al Rhincodon typus en su Anexo I, como una de las especies altamente migratorias, lo que compromete a los Estados que pesquen en la región que se encuentra a cooperar para asegurar su conservación y óptimo aprovechamiento/utilización óptima.

Si decides en esta temporada de avistamiento de tiburón ballena visitar una zona marina de país donde puedas observar y nadar con este magnífico pez, recuerda que debes contratar los servicios de servicios de quienes cumplen la normatividad para preservar al pez más grande del mundo.

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