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La CDMX genera dos mil toneladas de desechos plásticos de un solo uso

La CDMX genera dos mil toneladas de desechos plásticos de un solo uso

La prohibición de su uso no es suficiente y se debe trabajar más en la educación de la población para separar los desechos, además de que resulta complicada y onerosa para las empresas la evaluación y certificación de un plástico verdaderamente compostable, principalmente.

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Plásticos
Raúl Martínez

De las casi 12 mil toneladas de residuos sólidos producidas en la Ciudad de México cada día, entre 15 y 20 por ciento son plásticos que llegan a los centros de transferencia para su disposición final, sin considerar los que se separan en las casas y en los camiones recolectores, situación que implica un reto enorme para el manejo adecuado de estos desechos, señaló la doctora Alethia Vázquez Morillas, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Tal situación lleva a que alrededor de dos mil toneladas de estos materiales que llegan a las estaciones de transferencia tengan una alta probabilidad de ir a un sitio de disposición final, refirió en la primera sesión del Programa de asesoramiento para los productores de plástico de un solo uso, denominada Impacto de los plásticos tradicionales vs compostables ¿por qué de la transición tecnológica?, coordinada por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) de la Ciudad de México.

Al exponer las dificultades del sector para la realización de una reconversión adecuada debido al desconocimiento de los componentes químicos sustentables para la producción, la piratería en la materia prima, el desorden legal y las dificultades económicas para la certificación, la docente del Departamento de Energía reconoció que todavía no hay acuerdos que unifiquen la normatividad a nivel estatal o federal.

Por ello, “un desafío importante es combatir la piratería, razón por la que en la Casa abierta al tiempo sometimos a un proceso de composteo muchas muestras de productos adquiridos en el mercado que se ostentaban como compostables, biodegradables o eco-amigable”.

La docente de la Unidad Azcapotzalco reconoció que de todas estas muestras sólo cinco se degradaron y dos de ellas se habían adquirido en el extranjero, por lo que la mayoría no cumplió con lo que ofrecía.

Entonces, “como no todo lo que se anuncia como biodegradable significa que lo sea de manera automática es necesario que la población, productores, técnicos y autoridades realicen esfuerzos importantes de reorganización para incidir en la disminución de este tipo de contaminantes del medio ambiente”.

La prohibición de su uso no es suficiente y se debe trabajar más en la educación de la población para separar los desechos, además de que resulta complicada y onerosa para las empresas la evaluación y certificación de un plástico verdaderamente compostable, principalmente para el sector micro, pequeño y mediano, porque representaría certificar cada línea de producto y por el calibre cada bolsa tendría que certificarse por separado.

Otro aspecto a destacar es la estimación de que entre las seis mil y diez mil sustancias que componen los distintos tipos de plásticos, 20 por ciento está considerado potencialmente tóxico, y a nivel mundial muy pocas están autorizadas.

En el modelo de la economía circular la biodegradación o composta son círculos más grandes que el reciclaje puesto que “si quisiéramos volver a utilizar esos materiales se requeriría invertir más energía y recursos; por tanto, los compostables son la solución al no haber una mejor alternativa”.

En este contexto, Vázquez Morillas refirió que los materiales que más llegan a los centros de transferencia son bolsas y películas plásticas, bolsas metalizadas, envases de unicel y PET, así como desechables como vasos, copas y cubiertos, de acuerdo con una medición levantada el año pasado.

Por tanto, no basta con cambiar la ley, sino trabajar en la gestión de residuos, en educación y evaluación de los materiales.

“De manera tal que todos tengamos la certeza de que estos materiales nuevos se están manejando en beneficio del medio ambiente y de toda la ciudad, pues para que los plásticos compostables generen un beneficio ambiental se tiene que modificar la gestión y separación de residuos porque ahora separamos sólo el 50 por ciento”.

Así, “habrá que explicar a la gente que los plásticos compostables tendrían que ir con la parte orgánica y no al relleno pues de lo contrario, sólo es basura cara y en la Ciudad de México únicamente hay una planta de composta –la Bordo Poniente– mientras que todas las demás, que son más pequeñas, no reciben sólidos urbanos”, puntualizó.

En la sesión estuvo presente el doctor René Salvador López Cabrera, director de Proyectos de Identificación de Oportunidades de Innovación de la SECTEI y responsable del Programa de asesoramiento a los productores de plástico de un solo uso.

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