Washington- En la actualidad, en el Ártico nieva más que llueve, pero se prevé que esta situación se invierta a finales de siglo. Un nuevo estudio muestra que la frecuencia de los días de lluvia en el Ártico podría duplicarse para el año 2100.
El Ártico es la región más septentrional de la Tierra, que abarca el Océano Ártico y las zonas más septentrionales de Alaska, Canadá, Rusia y Groenlandia. A medida que el planeta se calienta, se espera que las precipitaciones en el Ártico sean más frecuentes e intensas y se acerquen más al centro del Océano Ártico y al interior de Groenlandia, "lo que significa la llegada de un nuevo Ártico", dijo Tingfeng Dou, científico del clima de la Universidad de la Academia China de Ciencias y autor principal del nuevo estudio. El estudio se ha publicado hoy en Earth's Future, la revista de la AGU para la investigación interdisciplinaria sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestro planeta y sus habitantes.
"En el pasado, las precipitaciones se limitaban principalmente a los bordes de la capa de hielo de Groenlandia", dijo Dou. "En el futuro, esto cambiará radicalmente porque las precipitaciones se expandirán más hacia el interior y serán un catalizador para una mayor ablación de la capa de hielo".
Se espera que el cambio a un Ártico más lluvioso aumente el derretimiento del permafrost, liberando cantidades masivas de gases de efecto invernadero, y que acelere la pérdida de la capa de hielo marino, lo que probablemente desencadenará consecuencias para la ecología del Ártico y los pueblos indígenas, así como para las comunidades de todo el mundo. (Se prevé que la Antártida experimente una duplicación similar de la pluviosidad para 2100 en un escenario de altas emisiones).
"Incluso las precipitaciones ordinarias pueden considerarse un acontecimiento extremo en las regiones polares", dijo Dou. Esto se debe a que los eventos de lluvia sobre nieve, que ocurren cuando la lluvia cae sobre un manto de nieve existente y se congela en una corteza de hielo, afectan a la vida silvestre, la infraestructura y las comunidades locales.
"El número de renos muertos por un solo episodio de lluvia sobre nieve puede oscilar entre varios cientos y miles", dijo Dou, porque su comida queda atrapada bajo una capa de hielo. La muerte masiva de renos puede tener repercusiones socioeconómicas locales, sobre todo en las regiones donde la población depende de los renos para alimentarse, vestirse y transportarse.
Pocos estudios han examinado la frecuencia e intensidad de las lluvias en el Ártico, por lo que se sabe poco sobre cómo cambiarán estos factores en un futuro próximo. Dou y sus coautores utilizaron modelos climáticos para detallar los futuros cambios en la frecuencia e intensidad de las lluvias bajo un alto nivel de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2015 y 2100.
El aumento de la frecuencia, la intensidad y la extensión de las precipitaciones se debe principalmente a la aceleración de los índices de calentamiento local, que en el Ártico son "dos o tres veces superiores a la media mundial", afirma Cunde Xiao, científico de la Tierra de la Universidad Normal de Pekín y coautor del estudio. "Esto es un serio motivo de alarma".
También han descubierto que el inicio de las precipitaciones primaverales se prevé que se produzca tres meses, o una estación, antes que en la actualidad en el mar de Chukchi y el norte del mar de Barents.
"Una vez que la transición de la nieve a las precipitaciones se convierta en algo habitual, tendrá un impacto de gran alcance en el proceso de hielo y nieve del Ártico y en la ecología hidrológica", dijo Xiao. "Esto también amplificará fuertemente el calentamiento del Ártico, lo que lo convierte en un problema importante que merece la atención mundial, ya que puede tener consecuencias globales".