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El ruido del tráfico marítimo es una amenaza para la vida marina

El ruido del tráfico marítimo es una amenaza para la vida marina

"Si hemos establecido límites de velocidad en las carreteras para prevenir accidentes, ¿por qué no podemos reducir la velocidad de navegación para proteger la salud de los ecosistemas marinos?"

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Delfines
Rudney Uezu

El ruido causado por el tráfico marítimo se ha convertido en una preocupante amenaza para los ecosistemas marinos en todo el mundo. Científicos de instituciones científicas de nueve países europeos están trabajando en conjunto para abordar este problema, desde comprender cómo afecta el ruido a cada especie hasta desarrollar nuevos modelos de hélices que reduzcan el impacto acústico del tráfico marítimo.

La magnitud del problema es evidente al considerar que el ruido generado por los barcos que ingresan y salen del puerto de Nueva York puede ser detectado en las costas europeas. Esta situación, pone en riesgo la vida marina y afecta a casi todos los océanos del mundo.

Con aproximadamente 100,000 barcos navegando en los diferentes océanos, muchos de ellos concentrados en áreas de alto tráfico marítimo como el Canal de la Mancha, algunos investigadores cuestionan por qué no tomar medidas inmediatas, comenzando por reducir la velocidad de navegación.

Según los expertos, una simple disminución del 20% en la velocidad puede tener un impacto significativo en la reducción del ruido submarino emitido por los barcos, sin necesidad de modificar su sistema de propulsión para hacerlo más eficiente y silencioso.

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Barco
John Simmons

José Antonio Díaz Ávila, investigador de Plocan y coordinador del proyecto "Saturn", argumenta que navegar a velocidades más lentas puede afectar los costos de las navieras debido al aumento en los tiempos de entrega de mercancías, pero también puede reducir el consumo de energía.

Además, sugiere que esta es una cuestión que puede regularse tanto a nivel nacional como internacional, planteando la siguiente pregunta:

Si hemos establecido límites de velocidad en las carreteras para prevenir accidentes, ¿por qué no podemos reducir la velocidad de navegación para proteger la salud de los ecosistemas marinos?"

El ruido submarino no solo afecta a los cetáceos, que suelen ser el enfoque principal del problema, sino que también impacta, en mayor o menor medida, a todas las formas de vida marina, como peces, cefalópodos y numerosos moluscos. Gerry Sutton, representante de la Universidad Colegio de Cork (Irlanda) en este proyecto, advierte que casi todas las especies se ven afectadas. En el medio marino, los seres vivos están adaptados a utilizar el sonido para diversas funciones, ya que en muchas zonas del océano la luz solar apenas penetra.

Actualmente, todos los mares están inundados de ruido generado por actividades humanas, con muy pocas excepciones, como la Antártida y algunas pequeñas áreas oceánicas que, debido a sus características geográficas, todavía disfrutan de cierto nivel de silencio.

Michael Ainslie, investigador de la consultora Jasco Applied Sciences en Alemania, especializada en monitoreo del ruido submarino, destaca que en ciertas frecuencias, como las comprendidas entre 50 y 100 hercios, ya es imposible distinguir el "ruido natural" de los océanos debido a la saturación causada por las emisiones de los motores de los buques.

Para abordar esta problemática, es necesario tomar medidas urgentes. Los científicos están trabajando en el desarrollo de tecnologías y soluciones que reduzcan el ruido submarino generado por el tráfico marítimo. Una de las estrategias clave es la reducción de la velocidad de navegación de los barcos, lo cual ha demostrado ser efectivo para disminuir significativamente las emisiones acústicas.

Si bien es cierto que esta medida puede tener implicaciones económicas para las navieras, al aumentar los tiempos de entrega, también se espera que se traduzca en una reducción en el consumo de energía y, a largo plazo, en beneficios para la salud de los ecosistemas marinos. Es importante reconocer que esta es una cuestión que puede abordarse a través de regulaciones legales a nivel nacional e internacional, en busca de un equilibrio entre la actividad marítima y la conservación del medio ambiente.

Además de la velocidad de navegación, se requiere una mayor investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras que ayuden a reducir el ruido submarino en otras áreas. Por ejemplo, el diseño de hélices más silenciosas y el uso de materiales que absorban o mitiguen el ruido pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la contaminación acústica en los océanos.

Es fundamental ampliar la conciencia sobre el impacto del ruido submarino en los ecosistemas marinos y promover la adopción de medidas para mitigarlo. Esto incluye la educación y sensibilización de la población sobre los efectos negativos del ruido en la vida marina, así como la colaboración entre científicos, gobiernos, industria y organizaciones ambientales para implementar soluciones efectivas.

Es crucial tomar medidas para reducir esta contaminación acústica, incluyendo la disminución de la velocidad de navegación de los barcos y el desarrollo de tecnologías más silenciosas. La protección de la vida marina y la preservación de los océanos dependen de la capacidad para abordar este problema de manera efectiva y sostenible.

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