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Brigadista forestal, una profesión con alta dosis de sentido social

Brigadista forestal, una profesión con alta dosis de sentido social

Este 2023, entre el 1o. de enero y el 6 de julio se han registrado 6,102 incendios forestales en 32 entidades federativas, en una superficie de 638,112.05 hectáreas.

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Combatiente de incendios forestales
Combatiente de incendios forestales. Conanp

Una de las profesiones que exigen una rigurosa preparación profesional, pero también una alta dosis de sentido social y un gran amor a la naturaleza, es sin duda la de brigadista forestal, que en épocas de incendios forestales pone a prueba su pericia, su valentía y su capacidad de sacrificio.

Hoy, 11 de julio, Día Nacional del Combatiente Forestal, es una jornada de las muchas que debemos dedicar a este heroico cuerpo de mexicanos y mexicanas a los que sin regateos podemos llamar héroes y heroínas, porque su integridad está en riesgo cada vez que el bosque arde y su presencia y acción son indispensables para salvar las especies vegetales, la biodiversidad que habita bosques, selvas y matorrales, y a la gente asentada en esos entornos.

Mientras los bosques crecen merced al buen tiempo, ellos y ellas no descansan, reciben una alta capacitación por parte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), participan en actividades de prevención y aprenden o repasan técnicas y estrategias para enfrentar el fuego que devora las masas arbóreas o los pastizales, y también se entrenan para cuidar su propia integridad, su vida y la de sus compañeros y compañeras.

De acuerdo con la Guía Práctica para Comunicadores, publicado por Conafor, todo combatiente identifica los tipos de incendios: superficiales, subterráneos y de copa o aéreos, y conoce o estudia, según la región donde se desempeñe, cuál es la composición de los combustibles, las especies vegetales que están siendo afectadas y la topografía del lugar.

Los riesgos de quemaduras los acechan en la acción frente al humo y el calor de las llamas, o por el desprendimiento de leños u otros objetos que suelen caer por la acción del calor. Nuestros combatientes hombres y mujeres trabajan en terrenos inciertos con pendientes escarpadas; se exponen a mordeduras de serpientes, arañas y otros animales ponzoñosos; a enfriamientos, lesiones de músculos y huesos; a intoxicación por humos, asfixia, hemorragias, estrés, deshidratación, irritación de los ojos y mal de montaña, entre otros peligros.

Imaginemos la tarea que representa salvaguardar bosques, selvas pastizales en territorio nacional. Este 2023, entre el 1o. de enero y el 6 de julio se han registrado 6,102 incendios forestales en 32 entidades federativas, en una superficie de 638,112.05 hectáreas.

Del territorio forestal impactado por el fuego, el 96% correspondió a vegetación herbácea y arbustiva y el 4% a arbórea, principalmente en los estados de Jalisco, México, Ciudad de México, Michoacán, Chiapas, Durango, Chihuahua, Puebla, Veracruz y Tlaxcala, que representan el 82% del total nacional.

La mayor afectación ocurrió en Jalisco, Durango, Nayarit, Chihuahua, Chiapas, Oaxaca, Sinaloa, Guerrero, Sonora y Zacatecas, es decir, el 84% del total nacional, donde participaron 255,590 días/persona para la atención a incendios forestales.

Sí, de esa magnitud es la demanda de atención requerida en seis meses de nuestros y nuestras combatientes forestales. Por eso debemos sentirnos orgullosos y rendir homenaje a este conjunto de valientes mexicanas y mexicanos que con verdadero arrojo, sapiencia y amor, acuden a sofocar el fuego poniendo en riesgo su propia vida, mientras cada una de sus familias espera su retorno sano y salvo a casa.

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