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En México, el 64 por ciento de los suelos está degradado

En México, el 64 por ciento de los suelos está degradado

El suelo presta servicios ecosistémicos indispensables para la vida: tenemos alimentos, accedemos al agua, nos vestimos y es fundamental para que los sistemas terrestres funcionen. Un suelo degradado pierde su salud y con ella la capacidad de realizar funciones y proveernos de dichos servicios vitales.

México es rico en diversidad de suelos al contar con 26 de los 32 grupos de este recurso reconocidos a nivel mundial; sin embargo, su daño es grave, toda vez que estimaciones científicas revelan que 64 por ciento está degradado, advirtió la coordinadora del Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS) e investigadora del Instituto de Geología, ambas entidades de la UNAM, Blanca Prado Pano.

Los factores formadores del suelo son las rocas y sedimentos, el clima, su posición en el paisaje (topografía) y la actividad de múltiples organismos. En el territorio mexicano son muy variables las condiciones de los materiales parentales (roca y sedimentos), del clima y el relieve”, explicó.

La especialista afirmó que los 26 grupos son reconocidos por el sistema base referencial mundial de este recurso. “Conocer su estado de salud en la República mexicana es una tarea compleja que requiere mucho esfuerzo humano y económico. Más de la mitad del territorio nacional tiene algún tipo de degradación, y según un estudio llega al 64 por ciento de los suelos del país. Es grave”.

De acuerdo con la experta, el suelo presta servicios ecosistémicos indispensables para la vida: tenemos alimentos, accedemos al agua, nos vestimos y es fundamental para que los sistemas terrestres funcionen. Un suelo degradado pierde su salud y con ella la capacidad de realizar funciones y proveernos de dichos servicios vitales.

Este panorama desfavorable, precisó, ocurre a nivel mundial donde un tercio está dañado; para revertir esta tendencia hay iniciativas en diversas partes del planeta para mantenerlos en buen estado y recuperar los degradados.

En este contexto, refirió que en 2021 la Universidad Nacional creó el PUEIS con el objetivo de promover la colaboración de académicos de diferentes disciplinas para atender problemáticas complejas que requieren visiones y la participación de la sociedad. Con este proyecto se le considera uno de los temas prioritarios.

Asimismo, se conformó el equipo de académicos Aliados del PUEIS al cual pertenecen 54 científicos de 45 entidades de la UNAM, quienes investigan, enseñan y divulgan la ciencia del suelo.

Base de datos universitaria

Como académico aliado del PUEIS, Mario Guevara Santamaría, investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional, tiene a su cargo el proyecto Mapeo y Monitoreo de Suelos.

“Es un ejercicio de integración porque el suelo es un sistema terrestre, pero como ciencia su estudio es transversal e involucra a muchas disciplinas y problemas que afectan a la sociedad. Su estudio es transversal en lo científico, social, político y público, un asunto complejo que cambia muy rápido en el tiempo, el espacio y a distancias muy cortas; entender al suelo es un reto”, reconoció.

Para conocer mejor sus condiciones en las regiones del país e incidir en políticas públicas, prosiguió, en el PUEIS se elabora la Base de Datos sobre Suelos, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad, cantidad y acceso a información de suelos en México para contar con mayores elementos durante la toma de decisiones.

Se reunirán datos de los académicos aliados en un repositorio. Para ello realizan trabajo de campo. “Después de documentarlo y sistematizarlo, vamos a hacerlo visible y disponible a cualquier persona”, dijo Guevara Santamaría.

Expuso que hay instituciones gubernamentales con el mandato de generar esta información, como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía; la Comisión Nacional Forestal; y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Pero el territorio mexicano continental tiene dos millones de kilómetros cuadrados, y representar esa complejidad ambiental no es nada fácil. Los datos colectados por estas instituciones han sido reunidos por largo tiempo y es muy posible que las condiciones del suelo, en muchas partes, ya cambiaron y no conocemos su realidad hoy”, señaló.

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