Por sus características geológicas y las necesidades de numerosas comunidades, México tiene alto potencial para establecer este tipo de proyectos; podría contar con al menos uno en casi todos los estados, afirmó Carles Canet Miquel, secretario general de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM, y miembro del Consejo Mundial de Geoparques de la UNESCO.
El experto sostuvo en entrevista que se debería apoyar más estos planes que favorecen la conservación del patrimonio natural y cultural, además de beneficiar a las poblaciones locales.
Asimismo, detonan nuevas dinámicas sociales y económicas, promueven las buenas prácticas en sostenibilidad y le dan visibilidad a un sitio; ofrecen información científica para todo público, benefician el geoturismo y la educación ambiental.
Por su enfoque colaborativo “de abajo hacia arriba” (botton-up) y porque brinda nuevas oportunidades de progreso a poblaciones locales -que en ocasiones quedan excluidas de las rutas turísticas tradicionales-, la figura de geoparque debería apoyarse a nivel nacional, con asesorías técnicas y acompañamiento institucional, aseveró Canet Miquel.
Hidalgo y Oaxaca
La designación de Geoparque Mundial de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se oficializó en 2015 para valorizar, conservar y promover internacionalmente el patrimonio geológico.
Al combinar la conservación del patrimonio geológico con la educación y el desarrollo sostenible, esos sitios prestan un servicio a las comunidades del lugar, refiere la institución en su página electrónica.
Actualmente, la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO cuenta con 195 territorios, repartidos en 48 países, que abarcan una superficie de 486 mil 709 kilómetros cuadrados, equivalente a dos veces el tamaño de Reino Unido, según la información del sitio.
Se trata de una figura que se otorga a un territorio que tiene un patrimonio geológico de relevancia internacional, el cual se gestiona bajo una mirada holística de conservación, desarrollo y educación.
Es un instrumento para el progreso del territorio que logra cambiar su vocación y ofrecer a su comunidad nuevas oportunidades, reforzando un sentido de pertenencia que conecta con su patrimonio geológico. Son proyectos que empoderan y ponen en valor los bienes geológicos, naturales y culturales del patrimonio en un territorio específico, subrayó Canet Miquel.
Recordó que el 4 y 5 de septiembre de 2023 se realizó en Marrakech, Marruecos, la primera etapa de la Octava Sesión del Consejo Mundial de Geoparques (en la que participó), donde se recomendaron para aprobación 16 nuevos territorios de diversas naciones. “El país que actualmente más impulsa esta figura es China, que en esta ocasión sumó seis nuevos geoparques”.
A partir de 2017 México cuenta con dos geoparques: el de la Comarca Minera, en Hidalgo; y el de la Mixteca Alta, en Oaxaca, ambos promovidos por la UNAM, recientemente revalidados por la UNESCO.
Sin embargo, no ha habido nuevos, solo algunas propuestas que han sido rechazadas o diferidas. Para la enorme extensión del país y su extraordinaria riqueza geológica, se desaprovecha el programa de la UNESCO, pues se esperaría que llegaran nuevas proposiciones año tras año, estimó.