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Baja probabilidad de sobrevivencia de especies en 11 estados de México

Entrevista con José Sarukhán Kermez

Baja probabilidad de sobrevivencia de especies en 11 estados de México

La condición del Capital Natural en 11 entidades de México enfrenta un alto grado de degradación, en otros nueve está en riesgo y solo 12 entidades mantienen condiciones de sustentabilidad, donde todavía se pueden generar bienes y servicios ecosistémicos para futuras generaciones.
El deterioro de los ecosistemas es una tendencia global de la que México -que es calificado como megadiverso- no está exento.

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José Sarukhán Kermez
El Dr. José Sarukhán Kermez. Coordinador Nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), durante el EncuentroEEB3. @Conabio

Parte I

Gran cantidad de especies en un tercio de los ecosistemas mexicanos está en una baja probabilidad de sobrevivir, aseguró en entrevista en exclusiva con Notimex el coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán Kermez.

Un estudio reciente en el que colaboró esa comisión reveló que los estados no sustentables son Aguascalientes, Chihuahua, Ciudad y Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz, ya que prácticamente han agotado su Capital Natural, un conjunto de poblaciones que constituye cada ecosistema, selva, bosque, manglar, o pastizal.

La biodiversidad representa el capital natural de la nación y es tanto o más importante que otros capitales como el financiero o el manufacturado.

La condición del Capital Natural en estos 11 estados enfrenta un alto nivel de degradación, en otros nueve está en riesgo y solo 12 entidades mantienen condiciones de sustentabilidad, donde todavía se pueden generar bienes y servicios ecosistémicos para futuras generaciones.

El doctor en Ecología por la Universidad de Bangor, en Gales explicó que “la biodiversidad representa el capital natural de la nación y es tanto o más importante que otros capitales como el financiero o el manufacturado.

“Afortunadamente no tenemos una entidad en cero, pero hay varias que caen muy abajo; un tercio de las entidades están bien, otra parte queda en medio, y aquellas que están muy mal son el otro tercio”.

Indicó que se mantienen condiciones de sustentabilidad en: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Durango, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas.

Mientras que en riesgo y con una alta probabilidad de alcanzar niveles no sustentables: Coahuila, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán.

El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalló que estos datos son una aproximación basada fundamentalmente en cuántos depredadores tope existen en cada entidad:

"Son muy buenos indicadores para conocer qué tan sanos están los ecosistemas; porque estos animales son los primeros en padecer si se reducen sus áreas”.

Explicó que si alguna especie empieza a perderse, los primeros en sufrir son los depredadores tope como jaguares, pumas, lobos, ocelotes porque son los que necesitan las áreas más grandes y ecosistemas en buen estado y cuyas principales presas son venados cola blanca, venados bura, pecarí de collar, pecarí de labios blancos y tapires, entre otros.

Aun así, continuó, algunos ecosistemas pueden sobrevivir sin los depredadores tope o sin una serie de mamíferos mayores, porque puede haber muchos organismos de otro tipo:

“De las más o menos cuatro a seis millones de especies que conocemos, la mayor parte se pueden ver. Sin embargo, la mayoría de la biodiversidad del planeta no, porque son microorganismos o insectos pequeños, que han sido poco estudiados, pero representan una cantidad enorme de vida”.

Afirmó que con este tipo de investigaciones se tiene claro quiénes están haciendo las cosas bien y quienes no. Y apuntó:

“Los dos estados que lo están haciendo peor, uno es una entidad chiquita que no tiene demasiada diversidad biológica que es Tlaxcala. La otra es Veracruz, que ya no tiene la biodiversidad que solía poseer: no hay bosques. Es como si fuera Chapultepec, no es un ecosistema, es simplemente un conjunto de árboles”, resaltó.

Sobre los estudios que cita, la Conabio señala que existen distintos indicadores para evaluar el estado del ambiente a distintas escalas geográficas y con diferentes recursos de información, pero pocos utilizan a la biodiversidad como el parámetro que determine la condición de los ecosistemas.

La trama de la vida se ha deshecho, si le damos tiempo se volverá a reponer, pero tomará cientos o miles de años.

Por lo mismo habría que considerar que uno de los índices más sintéticos es el Índice de Capital Natural, que es una aproximación de la biodiversidad terrestre y acuática de los ecosistemas naturales y los agrícolas.

“Eso no quiere decir que queda en cero la biodiversidad, pero sí está bajísima y ésta ya no puede sostener a los ecosistemas originales porque simplemente toda la trama de la vida se ha deshecho. Si le damos tiempo se volverá a reponer, pero tomará cientos o miles de años”, sentenció.

Parte II

Sarukhán asegura que “es muy importante y muy seria la perdida que se ha tenido de biodiversidad”.

Sin embargo, para declarar una especie extinta, háblese de la que ya no existe en un lugar, en un país o en el planeta (si es el caso), “se necesita tener información detallada para hacer tal afirmación. Es como lo que se requiere para declarar a una persona muerta".

El deterioro de los ecosistemas es una tendencia global de la que México -que es calificado como megadiverso- no está exento y, aunque ha tenido una pérdida muy seria, para el exrector de la UNAM es un tanto exagerado decir que se enfrenta la extinción de especies.

El último informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, publicó en mayo pasado que un millón de especies están al borde de la extinción.

Al respecto, el investigador emérito del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) precisó, sin minimizar el problema, que este informe más bien se basa en las posibilidades de desaparición de los seres vivos.

El problema es muy serio “como igualmente lo es morirse, pero uno no está muerto hasta que una serie de indicadores lo diga. Es lo que estoy tratando de enfatizar y sí, la tendencia es muy fuerte”.

Añadió que hay una gran diferencia entre hablar de una extinción y el hecho de que realmente se trate de la última población u organismo de alguna especie:

Es una cosa seria que no hay que tomar con ligereza, la manera más adecuada y práctica de entrar al tema es teniendo buena información sobre cuántas y de qué tamaño son las poblaciones que están en peligro y son menos visibles, para saber si están en riesgo de la extinción.”.

Ejemplificó que la especie humana existe en el planeta porque hay muchas poblaciones de personas, pero cuando se empiezan a extinguir geográficamente se reduce el número de individuos hasta que se llega a la última población y si esa desaparece, “entonces podemos declarar que está extinta”.

Indicó que para contar con una aproximación de algo así se requiere tener estudios científicos del número y de la densidad de las poblaciones, las cuales normalmente tienen que ser de muchos individuos y cuando quedan solo dos o tres prácticamente se determina que esa población sí está por desaparecer.

Y cita un ejemplo:

Cada vez son más pequeñas las probabilidades de que se encuentren machos y hembras que puedan procrear de algunas especies y la progenie (descendencia) esté en un medio ambiente, muy deteriorado, en ese caso el progreso es muy limitado --detalló el doctor en Ecología por la Universidad de Gales.

Explicó que los factores que provocan pérdidas desde el punto de vista del cambio climático, son el impacto directo y la modificación de las condiciones ambientales que permiten que las especies puedan vivir normalmente, algunas de las cuales se pueden adaptar y lo están haciendo, pero son muy pocas.

“En el caso de las que no se pueden adaptar, sus poblaciones disminuyen porque no tienen suficiente alimento, energía para escapar de los depredadores, y a la vez que la población de esa presa se cae, el depredador empieza a no tener alimento. Es una cadena, por eso se habla mucho del efecto dominó en estas situaciones”--precisó.

Son ciclos naturales, que han estado así por siempre y parece que no nos importa, lo que nos importa es cómo mantengo el Producto Interno Bruto que es una invención humana.

Cuando hay una combinación de los parámetros del clima que cambia, porque sí lo está haciendo sin duda, así como la fragmentación y pérdida de hábitats del tamaño de las selvas debido a la agricultura, un depredador tope ya no puede encontrar las presas que requiere.

Comentó que esto es muy complejo porque sin los superpredadores comienzan a darse una serie de cambios en el ecosistema, “resulta un poco difícil explicarlo porque son muchas partes las involucradas, pero como ocurre en el dominó: si se cae una ficha, se desencadenan una serie de consecuencias”.

Por otra parte, esta pérdida de diversidad biológica de bosques y selvas genera cambio climático, porque cuando son dañados por la tala esto genera una enorme cantidad de dióxido de carbono (CO2), ya que éste se encuentra encapsulado y al quedar liberado contribuye a la emisión de gas efecto invernadero.

Son ciclos naturales, que han estado así por siempre y parece que no nos importa, lo que nos importa es cómo mantengo el Producto Interno Bruto que es una invención humana, pero pensamos que eso se puede hacer independientemente de estas otras leyes de la naturaleza” --destacó.

Sobre la relación entre la naturaleza y la actividad humana, indicó que ésta última se puede realizar de forma sensible y cuidadosa. Ejemplificó que en algunos lugares del país se tienen casos exitosos en la conservación y el manejo sustentable de los recursos.

Sin embargo, cuando el interés es el de maximizar la ventaja económica para unos cuantos, la consecuencia es un daño para la mayor parte de la gente, por lo que “tenemos que cambiar eso y esta es una cuestión absolutamente necesaria en la organización de cualquier sistema económico financiero”, sentenció.

En este sentido, Sarukhán Kermez aclaró que, si se tomaran en cuenta las consecuencias sociales y humanas de ciertas acciones se tendría una situación profundamente distinta “y creo que es a lo que tenemos que encaminarnos si queremos sobrevivir como especie biológica en este planeta”.

Fuente: Notimex

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