Logo Persis

Frente a los desastres naturales, es indispensable fortalecer la prevención

Frente a los desastres naturales, es indispensable fortalecer la prevención

El huracán Otis era difícil de esperar. Investigadores a nivel mundial están sorprendidos por el cambio tan radical en la velocidad de los vientos y por la forma y fuerza con que pegó en las costas

acapulco.jpeg

Acapulco
Comunicación social de la UAM

Es conveniente fortalecer un programa nacional de prevención de protección civil para reducir los daños potenciales de fenómenos naturales como el huracán Otis, por lo que las capacidades el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) debe replicarse en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz y Baja California Sur, señaló el maestro Delfino Hernández Lascares, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El CENAPRED es una institución científica que publica sus investigaciones y otorga capacitación en materia de protección civil, “pero sólo lo tenemos en la Ciudad de México, de ahí la necesidad de expandirlo a otras entidades”.

El profesor afirmó que algunos desastres además de naturales son socio-organizativos; esto es generados por errores humanos o acciones premeditadas, que suceden en grandes concentraciones poblacionales. En el caso del ciclón muchos habitantes de Acapulco viven en los cerros y zonas de alto riesgo, por lo que están expuestos a catástrofes de manera permanente.

“En los medios erróneamente se habla que los desastres son catastróficos y de maldición divina e incluso se llega a catalogar a un huracán como una tragedia, un horror, pero en realidad la naturaleza sigue su trayecto natural mientras nosotros no la alteremos, pero muchos de los huracanes están creciendo por el cambio climático”, sentenció el especialista.

El docente del Departamento de Biología de la Unidad Iztapalapa sostuvo que la protección civil se considera de segundo orden y únicamente cuando hay eventos de este tipo se le da la importancia debida.

“En la Ciudad de México estamos un poco mejor, pero a nivel nacional la situación es muy triste y desorganizada, hay puntos importantes como en Chiapas, pero la falta de presupuesto y logística llevan a hacer lo que se puede y no lo que se debe hacer”.

En Guerrero, Oaxaca y Chiapas –estados que destacan por la pobreza y mala administración geopolítica– es donde resaltan más los problemas de esta clase y los impactos naturales y humanos son muy frecuentes, porque los agentes perturbadores causan daños significativos.

El huracán Otis, que impactó de modo contundente, era difícil de esperar. Investigadores a nivel mundial están sorprendidos por el cambio tan radical en la velocidad de los vientos y por la forma y fuerza con que pegó en las costas, puesto que no es lo común entre los meses de junio y noviembre.

Para el especialista en materia de protección civil es preciso contar con una buena planeación, administración, operación y evaluación, pero la oficina de Chilpancingo, Guerrero, carece de medios logísticos y económicos, además de que quienes ocupan los puestos de dirección no necesariamente son especialistas.

Hernández Lascares cuestionó en el caso de Guerrero los conocimientos que la gobernadora tiene en protección civil, claro que un dirigente no puede ser todólogo, pero deben tomar decisiones y tener liderazgo además de consultar, pero no hay interés sobre los problemas que pueden dejar en quiebra a Acapulco, se abandonan los proyectos de protección civil.

“En Acapulco existen construcciones verdaderamente penosas con más de 50 años que no tienen mantenimiento preventivo ni correctivo”, reconoció Hernández Lascares.

“El evento en Acapulco nos indica que esto va a volver a ocurrir por los cambios tan drásticos ocasionados por el calentamiento en los mares”, apuntó el académico.

“Entre el aire cálido y el húmedo que se eleva, éste se enfría y forma nubes, generando sistemas de alto calor en los océanos, el agua que se evapora en la superficie genera un ciclón tropical y después la velocidad aumenta cuando el aire pasa por el ojo del huracán”.

En México tenemos el Plan DN-III, que es reactivo y se activa cuando ya sucedió el impacto. Resulta bueno para contrarrestar los daños, “por lo que siempre estamos repitiendo que requerimos programas preventivos y correctivos en materia de protección civil”.

Aunque resulta fundamental e ineludible que los altos mandos en esta materia de los estados deben tomar cursos, siempre los ven como una pérdida de tiempo, lo cual debe cambiar puesto que las decisiones que tomen pueden ser fundamentales para la atención de este tipo de eventos.

La llegada de fenómenos de magnitudes diferentes, como el huracán Otis, indica que están cambiando las reglas naturales, “aunque no queramos reconocer que en la era del Antropoceno nuestras acciones como raza en los últimos 200 años han afectado severamente al planeta”.

El investigador puntualizó que “precisamos de todos los recursos que nos da el planeta para vivir, pero el globo terráqueo no nos necesita; la Tierra tiene más de cuatro mil millones de años, mas le hemos pegado al derecho y al revés, sin medir las consecuencias de lo que generamos al alterar los ecosistemas. Es muy claro en la naturaleza, cuando un impacto pega por primera vez es simplemente un aviso y seguramente vendrán otros”.

Cargando...
Load next