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Preservar la diversidad biológica, una prioridad para garantizar la existencia humana

Preservar la diversidad biológica, una prioridad para garantizar la existencia humana

Los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, son fundamentales para garantizar la estabilidad de la Tierra, generan oxígeno, proporcionan agua potable y regulan el clima.

El Día Internacional de la Diversidad Biológica de este año se celebra bajo el lema "Del Acuerdo a la Acción: Recuperar la Biodiversidad", brindando la oportunidad de reflexionar sobre la crisis actual que enfrenta la naturaleza y el papel vital que desempeña la biodiversidad saludable en la supervivencia del planeta.

Este año se destaca la importancia de la conservación y gestión efectiva de los ecosistemas, la transformación de los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad y la inversión financiera en la naturaleza son aspectos fundamentales para abordar la crisis actual de la naturaleza y garantizar un futuro saludable para nuestro planeta.

Es necesario que la sociedad en su conjunto participe activamente en estas iniciativas para lograr un cambio significativo y proteger la biodiversidad de nuestro mundo.

“El Marco mundial Kunming-Montreal de Biodiversidad es nuestro plan global para reparar esta red que sustenta toda la vida en la Tierra, incluida la vida humana. Apenas nos quedan 7 años para aplicar el Marco de la Biodiversidad, así que actuemos ahora. Y necesitamos perseverar hasta que nuestra red de vida esté a salvo por nuestro bienestar y el de las generaciones venideras", declaró Inger Andersen, Directora Ejecutiva de ONU Medio Ambiente.

La biodiversidad es la compleja red de la que depende la existencia humana”, dijo.

Este marco mundial se ha elogiado como un hito fundamental para detener y revertir la pérdida de naturaleza. Contiene objetivos mundiales que deben alcanzarse antes de 2030 y en los años sucesivos para salvaguardar y aprovechar de manera sostenible la biodiversidad, al mismo tiempo que se protegen los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.

Para lograr una implementación exitosa del marco, será fundamental contar con recursos financieros adecuados, voluntad política y políticas sólidas. Los expertos subrayan la necesidad de un enfoque que involucre a toda la sociedad.

A medida que la naturaleza y los beneficios que brinda se deterioran a un ritmo sin precedentes en todo el mundo, el Día de la Biodiversidad nos recuerda la urgencia de tomar medidas en los sistemas alimentarios, las finanzas y la protección y restauración de los ecosistemas para hacer frente a la crisis de la naturaleza.

Los ecosistemas saludables brindan servicios vitales como medicinas naturales, polinización y suelos fértiles para la producción de alimentos. Lamentablemente, la naturaleza está decayendo a una velocidad alarmante, y se estima que un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción.

Para evitar una pérdida masiva de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, el marco mundial exige la conservación y gestión efectiva de al menos el 30% de las zonas terrestres, las aguas continentales, las zonas costeras y los océanos del mundo. Además, se propone la restauración del 30% de los ecosistemas degradados antes de 2030.

Los sistemas alimentarios globales dependen en gran medida de la naturaleza. Por ejemplo, los océanos son la principal fuente de proteínas para más de 3,000 millones de personas. Sin embargo, estos sistemas son la principal causa de cambios en el uso de la tierra, la conversión de hábitats naturales, la pérdida de biodiversidad, la deforestación y el uso excesivo de agua dulce.

El marco mundial insta a gestionar de manera sostenible las áreas destinadas a la agricultura, acuicultura y silvicultura, reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos y disminuir significativamente el consumismo excesivo y la cantidad de desechos generados.

Las investigaciones realizadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) demuestran que el estado de la naturaleza es fundamental para el desarrollo sostenible y la prosperidad económica. La naturaleza es un activo de capital vital que proporciona numerosos bienes y servicios esenciales, con un valor económico estimado de 44 billones de dólares.

Invertir en la naturaleza ofrece la oportunidad de generar un valor añadido de 10 billones de dólares y crear 395 millones de empleos en el proceso. Si bien las instituciones financieras están empezando a reconocer los peligros a largo plazo de los combustibles fósiles y los proyectos que dañan el medio ambiente, cumplir con un marco ambicioso podría aumentar aún más la inversión privada hacia una economía positiva para la naturaleza y promover la alineación de los flujos financieros con los objetivos mundiales de biodiversidad.

Hoy no es posible pensar en un desarrollo si no se pone al frente el cuidado y protección de la biodiversidad, ya que los recursos naturales han sustentado a todas las civilizaciones a lo largo de la historia.

De acuerdo con información de la ONU, más del 80% de las y los habitantes de zonas rurales de países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales que obtienen de la vegetación y otros recursos naturales de su entorno; México es un ejemplo de ello.

Sin embargo, debido a los fenómenos generados por el cambio climático, derivado en gran medida por las actividades humanas, muchos ecosistemas marinos y terrestres han sufrido cambios radicales en todo el mundo, lo que ha provocado la pérdida de especies locales, el aumento de enfermedades y el incremento de la mortalidad masiva de plantas y animales, dando lugar así a la extinción de diversas especies.

Por si fuera poco, en 2022 organismos internacionales revelaron que los habitantes del planeta habíamos acabado con el total de los recursos que se requieren en un año en menos de 200 días, de manera que hoy la humanidad requeriría de 1.75 planetas para satisfacer sus demandas.

En sus ecosistemas marinos y terrestres el planeta cuenta con una diversidad biológica que, además de brindar sustento a la población, es capaz de capturar todo el carbono que se genera en el mundo. La ONU ha destacado la capacidad que tienen los océanos para atrapar CO2 y ayudar a la regulación del calentamiento global, lo mismo que los bosques y suelos agrícolas, en donde las diferentes especies de flora se convierten en importantes sumideros de carbono que ayudan a mantener el equilibrio de este elemento en la atmósfera.

Para garantizar que esto ocurra es importante la participación de todos y todas, porque al aumentar la población humana también crece la necesidad de disponer de más recursos naturales, lo que debe hacerse de manera equilibrada y sostenible. De lo contrario dejaremos a las generaciones futuras un planeta devastado.

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